No se porque me gusta tanto el otoño. Quizás viviendo en Madrid y el hecho de que aquí sólo dure prácticamente 3 días me hace desearlo con más fuerza. Desde que vivo aquí no he experimentado ni un otoño ni una primavera real. Madrid es un talibán del tiempo: o frio o calor. O deshidratación máxima o una semana lloviendo. ¿Qué querías ir por la calle llevando solo un jerseycito? Olvídate de tu ropa de entretiempo. Llevarás camisetas de manga corta hasta Diciembre (Verídico, me pasó mi primer año aquí). También es cierto que Madrid te quita cosas pero también te da otras. Pero eso es otra historia que será contada en otra ocasión.
Si el otoño tiene entre sus iconos a las calabazas es gracias a los americanos y Jalowin y también, no nos engañemos, Harry Potter. Porque permitidme que os diga que yo siempre odié la calabaza. En Valencia es un postre tradicional asar una calabaza y servirla con miel, y que decir de los buñuelos de calabaza que se comen en fallas, que nunca me han gustado nah porque a) no saben a nada y b) los fritos están sobre-valorados. (Aquí es cuando una horda de valencianos vienen y me asesinan, normal porque somos unos p*tos exagerados también)
¿Cuándo sucedió la epifanía a través de la cual introduje la calabaza en mi vida? Pues francamente, ni idea. Supongo que fué en el momento en que empecé a ver recetas americanas en las que se incluía calabaza. O el afamado Pumpkin Spice Latte de Starbucks que ni lleva calabaza ni nada (pero mi receta sí que la lleva, OJO PITOJO) pero te da las vibraciones de otoño.
El caso es que poco a poco empecé a tener más en consideración a la calabaza, redonda y achatada, casi siempre deforme. QUIERO DECIR, DONDE ENCUENTRA LA GENTE ESAS CALABAZAS TAN PERFECTAS QUE SALEN EN LAS FOTOS. Me lo expliquen porque yo no lo entiendo. Pero bueno, que empecé a incorporar y probar recetas de calabaza e incluso algunos antiguos asiduos del blog se acordaran de que todos los octubres solía celebrar la «Semana Calabaza» donde daba por el fistro con recetas nuevas y antiguas.
Y ADIVINA QUÉ. Que aquí va otra receta. Esta es una adaptación de una que hace mi madre en Thermomix pero que he acabado por olvidar que ingredientes tenía porque normalmente le echo lo que tengo por ahí, a veces es puerro en vez de cebolla, otras veces no lleva ajo porque no tengo, otras no le echo queso crema pero sí un chorreón de nata, otras uso caldo de pollo en vez de agua y un cubito. Que vamos: pocos ingredientes y flexible. Lo que si te recomiendo es que conserves tanto la calabaza como el queso azul, porque si no ya no sería una Crema de Calabaza y Queso Azul. BADABUMCHSS.
Si esta receta (y las fotos que me he currado, yasss) no te da ganas de sentarte en un sofá con una mantita delante de una chimenea encendida mientras llueve fuera y te tomas un té caliente mientras esto se hace a fuego lento en la cocina, permíteme decirte que estás muerto por dentro (y muerto para mi)
Así que mete en tu lista de la compra los ingredientes y date un paseo hasta el mercado o el frutero de tu barrio y agénciate una calabaza, y ya que estás una plantita y un ramo de flores frescas. Vuelve a casa y enciende unas velas. Ábrete un vino y ponte a cocinar. ¿porque sabes qué? TE LO MERESES, YASTA. No necesitas más. A veces parar y cuidarse cocinando algo rico es justo lo que neitamos. Y esta receta es tan fácil que es a prueba de tontos (bueno, no, pero me entendéis, siempre habrá alguien que queme agua hirviendo)
A mi me encanta rematarla con nueces de pecan, y daditos de queso azul o también dados o tiras de otro queso, se funde con el calor de la crema y son como pequeñas cápsulas de sabor concentrado que mae mia, que qué os voy a decir, que me gusta más el queso que las drogas o Marvel.
Me encantará que la hagáis y luego vengáis a decirme lo hodidamente buena que está, porque es así. Y sabe el doble de buena por lo fácil que es. De verdad, de la buena, no estoy exagerando. HACEDLA MALDITOS. No digáis que no os avisé cuando la probéis en casa de vuestros familiares y amigos.
Los ingredientes. Para cuatro personas una calabaza de 1,5Kg está bien (puedes comprarla ya pelada si eres un vago infinito), una cebolla mediana, un diente de ajo, unos 200 gramos de queso azul (En mi caso uso gorgonzola, que me encanta, la versión Dolce de el Lidl, que es menos fuerte y que creo que mola más para graduar la sal), 70 gramos de Philadelphia o queso crema de tu elección, medio cubito de caldo vegetal o caldo ya preparado de vegetales o carne. En esta receta puedes sustituir todos los lacteos por equivalentes veganos sin ningún problema. Cuenta además con aceite de oliva, sal y pimienta negra porque soy mas chula que nadie y no las he fotografiado. LoL
Para preparar la calabaza tienes dos opciones, partirla por la mitad y asarla lo cual hace que sea mucho más fácil quitarle la piel. Puedes encontrar las instrucciones aquí.
Las dos pegas de este proceso:
- Tiempo. Mínimo una hora.
- Gasto energético del horno.
Tu segunda opción es pelar a mano la calabaza. Va a estar dura, así que a veces es mejor un divide y vencerás. Yo la parto en rodajas de dos dedos de ancho máximo. Hay que hacer bastante fuerza, pero hazlo con cuidado, es fácil cortarse haciendo estas cosas.
Te deberían quedar tal que así las rodajas de calabaza
Mi opción es usar un pelaverduras porque es más rápido y quita el mínimo de calabaza, como podéis ver el lateral de la calabaza encaja perefectamenteee en el ancho de mi pelaverduras.
Para pelar los trozos de calabaza que no has podido cortar en rodajas (cosa que va a pasar) colócalos con la parte cortada hacia abajo en la tabla y pélalos con cuidado con el cuchillo.
Con un cuchillo pequeño o una puntilla quita con cuidado las pepitas. Puedes guardarlas para tostarlas y usarlas en otras preparaciones y menjunjes.
Aquí podemos observar la gloriosa experiencia geométrica que supone utilizar el pelador de verduras por un lado y el cuchillo por otro. Maravillaos de vuestra obra. En esta no intervino ninguna tirita.
El siguiente paso es cortar la calabaza en dados. ¿Qué tamaño? Pues realmente, el que te nazca, a trozos más pequeños, más rápido se cocerá, pero más tiempo estarás cortando. Yo aquí he optado por unos razonables trozos de 2,5-3 cm.
Ya tenemos la calabaza lista, el siguiente paso es pelar y cortar la cebolla, yo le corto la parte de arriba y la corto por la mitad sin pelar, entonces retiro las dos mitades de piel hacia atrás como haciéndole una coleta a la cebolla, esto hace que se mantenga toda montada cuando la cortamos.
Cortamos con un cuchillo la cebolla verticalmente sin llegar a la raíz de la misma para que no se nos desmonte el chiringuito.
Acto seguido hacemos dos cortes horizontales a través de la cebolla. No os podéis hacer una idea de lo complicado que es hacer estas fotos sólo con una mano xD
El siguiente paso es picar la cebolla transversalmente con cuidado de no rebanarnos los dedos. No te rompas el orto intentando que sean iguales y perfectos, luego va a desaparecer en la olla.
Vuelca en una olla caliente con aceite de oliva (virgen extra uso yo) la cebolla.
Mientras la cebolla se cocina pela el ajo y córtalo en láminas finas.
Aquí la cebolla ya está empezando a sudar, vamos por el buen camino.
Echamos el ajo y dejamos que se dore todo, y que vaya tostándose. Los pegotes marrones claro del fondo de la olla son bien. Son los que le dan calidad a la película.
Cuando esté todo bien doradito echamos la calabaza en dados y revolvemos bien todo.
Echamos media pastilla de caldo de verduras. Si vamos a utilizar caldo casero nos saltamos este paso. ¡No problemo!
Echamos agua (o el caldo casero) hasta llegar un poco más de la mitad de la altura de los dados de calabaza. ¿por qué no más? porque luego es fácil corregir el liquido añadiendo más pero es más complicado quitarlo. Disolvemos bien la pastilla de caldo. En volumen de líquido puede estar entre 400-500 ml de agua/caldo
Aquí podéis ver el nivel de líquido necesario.
Deja cocer la calabaza a fuego bajo hasta que esté blandita. Dependiendo de la calabaza y del tamaño en que la hayas cortado puede rondar entre 30-50 minutos.
Pasados treinta minutos levanta la tapa y usa una espatula o una cuchara, debería atravesar la calabaza, si no, sigue cociendo y comprobando en intervalos de 10 minutos.
Pisa la calabaza con la cuchara de madera partiéndola en trozos pequeños.
La calabaza ya estaría lista para convertirse en puré. Yo utilizo una batidora de mano clásica, pero utiliza el método y las herramientas que tengas a mano. Con un pasapurés clásico también puedes apañarla bien.
Puede parecer que le falta agua pero no te preocupes, no le eches todavía, porque los quesos van a poner de su parte también para aligerar la crema.
Es hora de echar el queso, guarda como una cuarta parte para cortarlo en daditos y hacer una guarnición interesante. Puedes añadirle nueces u otros frutos secos también.
Utiliza la batidora para mezclar el queso con la calabaza, verás que toma un color mucho más claro. Bate bien hasta que esté completamente disuelto.
Agrega el queso de philadelphia también a la mezcla.
Bate bien hasta que todo esté mezclado. Este es el momento en que vamos a probarlo de sal, porque ambos quesos tienen bastante sal y es mejor rematar al final que pasarse de salado. Yo para aderezar las cosas le puse media cucharadita de pimienta molida de jamaica, que creo que complementa muy bien el sabor de la calabaza.
¡Ale hop, la crema ya estaría lista para poder servirla con la guarnición que tú quieras! Se puede congelar hasta un mes. Está ideal con pan casero. Yo he llegado a comerme media hogaza con la crema sin utilizar cuchara. Lo recomiendo fuertecito.
Crema de calabaza y queso azul
Ingredientes
- 1,5 Kg Calabaza
- 1 Cebolla
- 1 diente Ajo
- 1/2 Cubito de caldo vegetal (o caldo casero vegetal o de carne, minimo 500ml)
- 200 gramos Queso azul
- 75 gramos Queso philadelphia
- Aceite de oliva
- Sal
- 1/2 cucharadita Pimienta de Jamaica Molida (opcional)
Elaboración paso a paso
- Pela la calabaza y córtala en dados grandes de aproximadamente 3-4 cm
- Pon una olla a calentar a fuego bajo con un poco de aceite de oliva
- Corta la cebolla en daditos pequeños, pela el ajo y córtalo en láminas
- Saltea la cebolla hasta que esté transparente, añade el ajo, dora todo a fuego medio hasta que esté dorado
- Añade la calabaza, el medio cubito de caldo vegetal y cubre con agua hasta poco más de la mitad de la calabaza. Tapa y pon el fuego bajo. Espera durante al menos 30 minutos hasta que la calabaza se ablande. Si transcurrido el tiempo aun no está blanda dale un poco más de tiempo.
- Una vez esté blanda, cháfala un poco y deshazla con una cuchara de madera o la espatula. Coge la batidora y haz todo un puré denso
- Añade 150 gramos de queso azul y bate bien con la batidora hasta que esté completamente incorporado.
- Añade el queso crema y bate bien hasta que esté completamente incorporado
- Corrige de sal, añade un poco más de agua/caldo si quieres que tenga una textura más ligera. Añade la pimienta de Jamaica (opcional) y mezcla bien
- Sírvela en cuencos o platos hondos con el queso azul restante en dados y algunos frutos secos.
Claudia says
Yiha!
Espero a que llegue mi Soupe Maker para hacerla
Miss Vinagre says
Y yo espero review!!!
TeresaIlmendil says
Hecha. He dado el espectáculo en el hospital por las caras de gusto que ponía mientras la devoraba. Este otoño voy a terminar naranja risketo de la cantidad calabaza que estoy comiendo.
Gama600 says
Me encanta la crema de calabaza. La suelo preparar de diferentes maneras, una que me encanta, es con unas castañas y un poco de nuez moscada, las castañas le dan un toque especial y la nuez moscada un punto dulce.
Tengo que probar esta receta, gracias por la idea…
Hello World! https://national-team.top/go/hezwgobsmq5dinbw?hs=65b546b0cb1e05931563038f121df4ec says
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