Si no quieres saber de mi vida pincha aquín pa la receta, desaborío
Vaya mesecitos que llevo. Si en capítulos anteriores sus contaba los problemas hogariles y el desánimo implícito que llevaban ahora se han sumado problemas dentales que me han hecho ver las estrellas, y no precisamente a Richard Armitage ni Benedict Cumberbatch.
Todo empezó el día del Pavo, que es una festividad que celebramos mis amigos y yo que consiste básicamente en hacer un día de Acción de Gracias, atiborrarnos de comida y desayunar los restos el día siguiente. Este año ha sido la segunda edición y seguimos aprendiendo cosas sobre cocinar pavos xD. El caso es que amanecí con molestias en una muela ya endodonciada de la que prácticamente me quedaban solo las raices porque años atrás me tragué la corona que lo cubría mientras comía un bocadillo de tortilla de patata (si salió o no después es algo que no comprobé). El dolor era poco molesto, pero conforme fue avanzando el día se fue volviendo insoportable, hasta el punto de que no podía cerrar casi la boca porque el dolor era horripilante. Amanecí el domingo con un dolor tremendo y con el convencimiento de ir el lunes al dentista. Creía que había tocado fondo pero lo peor estaba por llegar, porque al fin y al cabo la fosa de las Marianas aun tiene metros por descubrir. El lunes llegó y el diagnóstico era el esperado, antibiótico y enantyum (mano de santo, me voy a hacer un collar de Ali G con una caja dorada de Enantyum) y cita para el jueves para extraer la muela para cuando hubiese disminuido la infección. La noche del lunes al martes fue la peor de mi vida, incluyendo Eurovisión, nocheviejas variadas y aquella noche en la que Gilen alucinó con Super Mario. Un dolor continuo y agudo que sólo veía aliviado por comer cualquier cosa caliente y ligeramente atenuado por apoyar la cara en una bolsa de agua caliente (sobre la cual acabé durmiendo lo que pude, que fué bien poco)
Mis ojeras y mi cordura habían tirado un crítico. Ya estaba deseando que el Master me matara al personaje. Por caridad humana. Y encima tengo urgencias 24 horas por el seguro dental y podía haber ido antes… Matadme.
Llegó el jueves y ay, la infección hizo todo mas doloroso, la tensión de ya de por sí estar en el dentista sumado a que te hagan tanta fuerza contra la cabeza que casi te caigas de la silla solo hizo mas que ponerme nerviosa. Al final fué mas el susto que otra cosa, y aunque se me hinchó un poco la cara, cualquier molestia no era comparable a la vivida las noches anteriores.
Tras la experiencia y teniendo en cuenta que había otra muela que me dolía, amen de otros defectos dentales, decidí que era tiempo de enterrar el pánico al dentista y enfrentarme al hecho de que tengo que arreglarme los dientes sí o sí para evitarme cosas como la epopeya anterior. Así que como a perro viejo todo son pulgas resulta que la otra muela estaba peor de lo que parecía, endodoncia que te crió, mas 4 empastes mas, la corona para la muela endodonciada, una férula de descarga por el tema del bruxismo/desgaste dental, y el implante para la muela ausente. Resultado: un gritón de dólares. Incluso con seguro.
Pero teniendo en cuenta la experiencia vivida te haces a la idea y dices…
Y comes el resto del año arroz y pasta y lo haces con gusto, porque mascar y que no te duela nada no tiene precio.
Por cierto, no comais doritos con una herida de que te hayan sacado una muela. ¿qué cómo lo sé? Le paso a una amiga… palabra.
Y después del parte meteorológico, receta of course. Podría poneros deliciosas recetas de purés aptos para dientepléjicos como yo, pero me las tiraríais a la cara.
Como el conceto Banoffee parece que está on fire el la blogosfera cocineril (o como me gusta a mi llamarla desde hoy: Flojosfera) pues me he dicho «Que cojones, haz tu versión» y como estoy mu cansada pues he hecho un coctelazo de recetas previas y comprobadas. Así que solo tenéis que hacerlas y montarlo.
¿Y qué cojones es un Banoffe, te preguntarás tú, amigo profano o semiprofano, o que sencillamente pasaba por aquí? El Banoffee es un pastel que une los conceptos de caramelo toffee, plátano y crema de nata/nata montada, normalmente con una base de pasta quebrada y galleta molida. Ahora que lo sabéis seguro que habéis visto más de una receta de pasada últimamente. Un banana split con esteroides de dulce de leche, por así decirlo.
Yo aún con todo lo amante que soy del dulce de leche y del caramelo en todas sus versiones no soy muy partidaria de echar un kg de dulce de leche a una base y llamarlo tarta, no hablemos ya de comerlo. Entiendo que tiene su público y lo celebro, pero aquí en la Maison du Vinagre, predica a ateos y agnósticos.
¿Y qué tiene de interesante tu versión, parguelas? os estaréis preguntando de nuevo. Pues mi versión no es más que la receta ya preexistente en la web del pan de plátano, que sabe mogollón a plátano, pero no te empapuzas a la primera cucharada. Va coronado con la crema de nata y queso philadelphia que ya os enseñé en el post de la tarta, que le da un contraste rico y varias rodajas a discrección de plátano por encima. El factor caramelo viene aportado por la salsa de caramelo salado que ya sus enseñé en el post de las tortitas.
Y así sin haberlo preparado ya tengo la receta y solo tengo que linkar xD (¡tramposera!)
Pastel Banoffee de aquella manera
Ingredientes
1 cantidad de pastel de plátano horneado en un molde redondo de unos 28-30 cm
1 cantidad de nata con philadelphia
2 plátanos maduros
1 cantidad de salsa de caramelo salado
Deja enfriar el pastel si no lo has hecho. Tiene que estar totalmente frío. Colócalo en el plato en el que vayas a servir el pastel.
Corta los plátanos en rodajas de aproximadamente medio centímetro y resérvalas.
Cubre la superficie del pastel con la nata y repártela bien. No hace falta que uses toda. Deja la sobrante en un pequeño recipiente por si alguien quiere doblar la dosis (¡yonkis!).
Reparte con cuidado y artísticamente las rodajas de plátano por encima de la nata. Intenta que queden bien repartidas y que no haya zonas despejadas.
Cubre todo el faraónico proyecto que tantos instrumentos de cocina extraños te ha requerido con una herramienta vectorial cóncava (cuchara) rellena de caramelo, déjalo caer a churretones por la superficie. Conserva el sobrante para quien quiera mojar su trozo de tarta (doble yonki)
Sírvela y quita las manos antes de que empiecen a cortarla, a veces esto es difícil y no te dan tiempo.
Si sobra guardala cubierta en la nevera. No la dejes tiempo innecesario fuera de la nevera, que lleva lácteos y es peligroso que estén demasiado rato a temperatura ambiente.
Notas interesantes
- Asciende al nivel 2 de gochismo cortando por la mitad longitudinalmente la tarta, rellenándola con nata, rodajas de plátano, y caramelo, cúbrela y decora la superficie como se indica anteriormente
- No, no es light, pero, who cares?
- Si no quieres hacer la salsa de caramelo salado, coge un bote de dulce de leche y dilúyelo con un poco de nata líquida. Échale un pellizco de sal.
- Por favor, no hagas esta tarta con nata montada de bote. Pierde el aire enseguida y se vuelve líquida empapando el pastel de una manera un poco desagradable.
Agradecimientos por la inspiración a Lucía.
Nemain says
Jo, que me sonrojo XDDDDD
Tiene una pinta increíble… habrá que probar
Miss Vinagre says
No te sonrojes si no es por efecto del alcojol! 😉
Lolaplok says
Pues nena, con esta receta y los leuros que te vas a gastar tienes a los dentistas que te van a poner una ermita con altar y hornacina…..
Tiene una pinta escandalosamente delisiosa, peroooooo ¿ lo podria hacer con otra fruta? Es que no soy muy de plátano.
Ahora ya me puedes borrar de tu círculo familiar por intentar bastardear la receta (por lo de «otra fruta»).
Besos Miss.
Miss Vinagre says
xD home, con otra fruta no te lo recomiendo porque esta tiene en cuenta el ratio de humedad del plátano, y no tienen el mismo agua 100 gramos de plátano que de coco, manzana, o uvas.
Los dentistas son muy felices conmigo xD
¿lo peor? Que luego yo no me como casi nada de lo que hago
zer0gluten says
Pues los desaboríos que hayan pinchado «allí», se habrán perdido la «peshá» de reír que me he dado con tu historia, aunque lo de tus dientes y tu factura no tenga para tí mucha gracia, pero lo has contado genial.
Y no he hecho nunca banoffee a lo que creo que tendré que ponerle solución, porque mirando tus fotos da antojazo.
Un besazo.
Miss Vinagre says
Jajajaja, muchísimas gracias por comentar zer0gluten! es un honoraco del quince!.
Me alegro de que te haya hecho gracia mi historieta, intento sacarle el lado positivo, y tanto los dentistas como yo acabamos riéndonos bastante con todo 😉
Pon banoffe en tu vida! 😀
César Rubio says
Pero, MissVi… ¿WTF? Vale que estará rica de narices, y que den ganas de comérsela incluso sin cubiertos, a mano abierta… pero es fea, puñetera, es muy fea. Se nota que estás un poco plof, desganadilla, algo «meninfot» (me la suda en cristiano, para los no valencianoparlantes)… Te salva la jartá a reír que nos hemos pegado con tus andanzas odontológicas…
Miss Vinagre says
Querido, solo te diré una cosa.
«La belleza está en el ojo del que mira» xD
Juan Carlos says
Yo primero me pasaba por aquí por las recetas. Después por las recetas y por las batallitas. Más tarde por las recetas, las batallitas y porque dijiste que eras flan de Firefly. Y ahora que me entero de que eres una Cumberbitch, creo que directamente te voy a poner como página de inicio 😀
Miss Vinagre says
Bueno, bueno xD No me cuelgues ya la etiqueta, que yo mas que Cumberbitch estoy Sherlocked, más allá de eso me parece un actor muy bueno y majo.
Yo soy devota de Nathan Fillion, y más que bitch, xD companion de la vida!
Juan Carlos says
Jajaja 😀 Bueno, aceptamos Sherlocked como animal seriéfilo 😉