Y llega ese día en que de repente tienes la iluminación, normalmente por via paterna o materna, o puede que leída por las redes o escuchada en la cola del supermercado… Ese pequeño truco que te cambia la vida y no sabes como has podido vivir sin esa información.
Ya anteriormente hice un post sobre estos temas que podeis encontrar aquí. A decir verdad, este post lleva como que desde marzo en el tintero con las ideas pero con las movidas de la Vida Real Tm, ha surgido como recurso para tener una excusa distinta para escribir. (Actualización de estado: sin novedad, con mas ruidos si cabe por parte de los vecinos)
Y es que me cuesta horrores estar todo el día sentada delante del ordenador y luego llegar a casa y sentarme a intentar escribir… Es como intentar ir al baño a hacer cosas mayores a un lavabo público. Hay cosas que no salen xD Por eso cambiando la tónica general y para no tener que soltaros la chapa con una receta, la mas que pendiente review del último curso que hice en KitchenClub u otro «Favoritos en…» pues os traigo estos pequeños ases en la manga que te servirán bastante si eres un neófito en esto de la cocina. Y si no, también.
1. No remuevas lo quemado.
A mi me ha pasado, a ti te habrá pasado, te vas al salón y coincide que por una vez puedes ver un trozo de Los Simpsons sin que salte publicidad, y te acabas concentrando tanto en cantar las canciones porque es un capitulo repetido (porque lo es) que se te va el santo al cielo. Y empiezas a oler a quemado. Más concretamente a carbón activado.
Que no panda el cúnico. Lo primero que tienes que hacer es apagar el fuego. Acto seguido, empapa en agua fria una bayeta y disponla en la encimera de la cocina y pon la cacerola o cazo encima para intentar reducir la temperatura de la base. Que en ningún momento se te ocurra remover con una cuchara el contenido de la cacerola, las partes quemadas se desprenderían y transmiten su sabor al resto de la comida muy rápidamente.
Vuelca con cuidado el contenido en otra cacerola limpia y agrega un poco de agua a la mezcla para devolverla a un estado comestible… Todos sabemos que a estas alturas se habrá convertido en una argamasa mas digna de pegar ladrillos que de comer con cuchara.
En cuanto a la base quemada, rellena de agua caliente la olla y déjala reposar unas horas. Si el quemado se resiste a irse frota con un estropajo de acero bien empapado de jabón, si aún con esas te quedan algunas zonas mas oscuras prueba a pulir esa superficie con bicarbonato y un estropajo normal ligeramente humedecido.
2. Los tomates fuera de la nevera.
Esta lección la aprendí del inefable Mikel Iturriaga el cual referenció este truco en un post de su blog el Comidista, que ahora no recuerdo en que fecha fué y me da mucha pereza buscar, pero trataba de comidas que se deben y no se deben guardar en la nevera.
De entre todas las que mencionó me quedo con el tomate. Meter un tomate en la nevera, sobre todo si no ha madurado es garantía de que se convierta en una bandeja de corcho blanco. Una masa insípida y con una textura que me aventuraría a definir como «divertida» por ser deliciosamente condescendiente. Aunque ya se ha acabado la temporada de tomates decentes os invito a que hagais la prueba con dos tomates iguales. Dejad uno fuera de la nevera. Cortadlos tras un par de horas de y oledlos, no hace falta ni que os los comáis. Notaréis la diferencia.
3. Ten claras tus medidas. Tazas a las tazas, gramos a los gramos.
Hay una diferencia clave entre la repostería americana casera y la europea y es la utilización de diferentes instrumentos de medida. Mientras que aquí utilizamos (mas o menos) con asiduidad la báscula para medir los ingredientes que irán a nuestro pastel los americanos utilizan tazas.
Una de las explicaciones más curiosas que encontré es que en los primeros tiempos de la colonización de América los pioneros veían limitado el peso de lo que podían llevar en el barco, y las básculas utilizaban pesos de metal para representar las medidas. Así que utilizaron las tazas de los ajuares que portaban con ellos para establecer el ratio de los ingredientes necesarios para repetir una receta una y otra vez y así transmitirla. ¿Es cierta esta historia? Ni idea. Pero me parece la más romántica y curiosa de todas las que he leído.
Pero si piensas que puedes utilizar las tazas del juego de té del burdel de tu tía Viula para hacer ese pastel que has visto en el programa de Martha Stewart no puedes estar más equivocado. La taza como herramienta de medida se ha estandarizado en estados unidos. 1 taza de harina estándar son 125 gramos mientras que una taza de agua son 235ml. Realizar las conversiones a ojímetro no es nada recomendable si no dispones de una herramienta de conversión como esta web.
Yo elegí la opción de comprarme un juego de tazas americano estándar junto con las cucharas, aseguraros de que es un juego americano, porque si no, os podéis encontrar con el desastre de unos cinnamon rolls demasiado líquidos porque utilicé unas tazas del Ikea que estaban hechas «de aquella manera».
También hay que tener cuidado de como introducimos los ingredientes, ya que no es lo mismo echar la harina a cucharadas dentro de la taza, que volcarla dentro, o utilizar la taza como cuchara dentro del propio paquete, ya que podemos compactar la harina introduciendo mas de la necesaria en la receta. Si os interesa este tema y pilotais inglés os recomiendo que le echeis un ojo a este post de Joy the Baker sobre el tema tazas
4. Socorro. ¿Buttermilk? ¿Qué es esto? ¿De dónde ha salido?
El buttermilk, que tan de moda está hoy por hoy con las recetas americanas, es literalmente el liquido resultante de batir leche o nata fresca para la obtención de mantequilla. Leche de mantequilla para los castellanoparlantes o mas bien llamado suero de leche.
El tema interesante es que el buttermilk que se vende en estados unidos es un «cultured buttermilk» es decir un preparado lácteo al que se le agregan unos componentes acidófilos estilo actimel, yogures y demases que le da un toque ligeramente ácido a la leche.
Lo que nos importa es que en las recetas en las que aparece buttermilk entre sus ingredientes suele ir de la mano del bicarbonato sódico o baking soda. El bicarbonato sódico es un impulsor que actúa con los ácidos y mayormente el calor generando las burbujas de los bizcochos. El tema es que tiene un sabor metálico y el buttermilk lo suaviza, al igual que el cacao en polvo no procesado con el método holandés (el cacao Valor, por ejemplo). Cuando no hay un componente ácido en la receta se suele recurrir a el «baking powder» o levadura química como la llamamos aquí (mal llamada porque la levadura es algo vivo y esto es algo inerte), que viene a ser la levadura Royal de toda la vida, que incluye entre sus ingredientes cremor tártaro o similares que actúa como un acidificante haciendo el mismo papel que el buttermilk, darle un buen sabor a la pieza que estemos haciendo.
Ahora bien, en España es bastante difícil encontrar buttermilk, exceptuando (hasta donde yo sé) en los supermercados Iceland que hay por el sur, algunos LIDL y pequeñas tiendas alemanas donde tienen un buttermilk más espeso.
¿Y qué hago si no encuentro? Pues sin problemas, utiliza la misma cantidad de leche entera y échale una cucharada de zumo de limón o de lima, remuévelo, déjalo reposar 5 minutos hasta que la leche se corte. Sí, suena asqueroso, pero estará bueno. Palabrita del niño Jesusito. En algunas recetas sugieren hacerlo con vinagre. Yo no lo recomiendo en absoluto.
Otras opciones que nos sugiere Joy The Baker son por ejemplo sustuírlo por 3/4 partes de yogur con 1/4 de leche, que da una mezcla más densa y quizás mas adecuada para unos scones o pastas mas secas.
5. Cómo quitar cáscara rota de huevo
Siempre te dicen en los cursos de manipulación de alimentos que casques los huevos de uno en uno y que lo hagas fuera del recipiente en el que estás preparando la mezcla para evitar el contacto con la cáscara.
Esa es la norma sanitaria, pero si eres como yo y terminas liándola parda cuando intentas hacer todo a la vez en un espacio mínimo y acabas con trocitos de cascara en la mezcla imposibles de pescar… utiliza un trozo mas grande de cáscara para pescarlo como si fuera una cuchara, es mágico. Este truco no está recomendado para embarazadas, niños, ancianos o con el sistema inmune comprometido. Menos aún si vas a realizar alguna preparación con huevo crudo. Yo todavía no me he muerto, pero si crees que puedes tener algún problema o eres aprensivo no lo hagas.
Como siempre, que te guíe el sentido común. Es una práctica arriesgada por lo anteriormente indicado. Pero también puedes coger salmonelosis por comer harina cruda. ¡Valora los riesgos!
IbrahimGm says
Suscribo lo de no remover lo quemado!
Yo conseguí salvar una lentejas cambiándolas de olla, agregando agua y un poco de sal, y terminando de cocerlas con ¡patata cruda!
La patata cruda es un ingrediente mágico que absorbe bastante el sabor a quemado del guiso, y te puede arreglar un estropicio.
Miss Vinagre says
Patata cruda para cuando te ha quedado demasiado salado tambien es interesante.
Sue says
Me interesa el tema de la buttermilk. Me explico. Estoy enganchada al programa ese de comida sobre ruedas, donde hablan de puestos de comida ambulantes en EEUU fantásticos. Todo me tiene una pinta estupenda. Y me he fijado que en muchos de esos puestos usan la buttermilk como baño para el pollo frito. Tienen el pollo crudo sumergido en buttermilk, lo sacan, lo rebozan en harina y lo fríen, y el pollo queda jugoso y con una costra que da gusto verla. ¿Es esto cierto? ¿Se podría reproducir a nivel casero? ¿Sería el preludio a una muerte por obstrucción colesterolemica arterial masiva? Ansiosa espero respuesta… 😀
Un saludo!!!
Miss Vinagre says
Sue, superreproducible a nivel casero, como bien dice Lothi mas abajo hay gente que marina en leche (si no te mola el rollo de cortarla)- En cuanto a la obstrucción colesterolemica pues lo mismo que nuestro pollo rebozado, chicharrones y demases xD.
Si no le has echado un ojo aun te recomiendo que pruebes el pollo frito a la americana que subí hace tiempo!
http://missvinagre.com/2013/03/pollo-frito-con-salsa-de-mostaza-y-miel/
César Rubio says
A colación de tu punto 5 del post (y sin querer hurgar en la llaga/sacar temas manidos/dar por saco)… ¿para lo de Masterchef se exigía tener el título de manipulación de alimentos? Llámalo curiosidad científica, morbo, o como quieras…
Miss Vinagre says
No, no era prerrequisito xD
Marisineslahora says
Hacia tiempo que no comentaba, pero no quiero que pase mas tiempo, todos tus post me encantan me declaro flan incondicional, ya lo sabes clarooo….
Respecto a la buttermilk yo la uso bastante para cupcake y tartas, y le dan un punto estupendo, ¿usarla para el pollo? pues supongo que sera como cuando empanamos que lo sumerjes en leche/huevo y si lo dejas un rato esta mas jugoso, me parece una buena idea y lo probaré.
Miss Vinagre says
Todos somos contingentes pero usted es necesaria madere.
En unos dias lo probamos!
Lothi says
Lo de la buttermilk para hacer el pollo frito es cierto. Yo lo he leído en recetas de comida del Sur de USA. Y la madre de Ibrah y la madre de Sul marinan los filetes de pollo en leche, por cierto, y ellos juran que quedan más jugosos.
Miss Vinagre says
Tu y yo lo sabíamos, southern is better… xD