¡Qué vida esta! El tiempo pasa volando y se lleva todas tus intenciones por el camino. Aunque he de confesar, o mas bien admitir que en materia de intencionalidad soy una persona que sobrevalora sus capacidades de poder con todo, y claro, eso tiene la consecuencia de que peto, por un lado o por otro revienta la cosa y todo es llanto, crujir de dientes y teteras que se rompen dejando un pequeño vacio en tu corazón (snif y sobs)
La intencionitis de este mes de Febrero Marzo era escribir más en el blog y os juro que han sido tantos intentos como Leonard con Penny, pero al final acabas cediendo, por cansancio, por sueño o por proyectos que si aportan una remuneración, porque al final el blog es un gasto interesante, no sólo de mantenimiento tesnológico, si no en ingredientes, testeos y demases, porque, queridos vaganistas, tengo que probar que vaya bien la cosa para que si os animáis a hacer alguna receta (Disclaimer, si quieres saber como puedes colaborar o como puedo ayudarte pincha aquí). Así pues llevo prácticamente un mes sin descanso haciendo cosas muy locas: para obras de teatro, cabarets, novias, carnavales y todo ello con el cumpleaños de Rhiwen y Gonzalo por en medio, en el que una vez más la locura me poseyó y les dije que les regalaba la tarta. Otraaa vez.
Hay que decir que esta vez me dediqué a experimentar con la tarta final y pagué un precio bastante alto de nivel de estrés. Utilizar chocolate en vez de fondant tiene sus dificultades, sobre todo cuando te empieza a derretir el buttercream de una tarta a la que en realidad se debería pegar…
Para los iniciados, sí, es el libro de «El Retorno de las Brujas» para los no iniciados, sí, es el libro de la película en la que crearon un papel específico para la nariz de Sarah Jessica Parker:
La temática de la fiesta se definió como Akelarre y Despedida de soltero, y como las tartas de genitales ya están muy vistas y a mi lo que me gusta es complicarme la vida pues que menos que liarme a hacer un libro de encantamientos, de aquí a intentar escribir el Necronomicón, sólo hay un paso… A la locura… XD
La fiesta fué variada y la tarta gustó, una combinación de tarta de manzana, canela y jengibre con buttercream de mantequilla tostada, que si os portáis bien, incluso me plantearé pasaros el secreto de la receta. Aunque creo que el mejor momento de la noche fueron los pantalones dinosaurio que os dejo inmortalizados en este gif con esta vuestra segura servidora de ustedes como protagonista.
Entre tanto mi garganta decidió que era un entorno estable para cria y recreación de cuerpos alienígenas. Un buen lunes por la mañana me desperté con la garganta hecha trizas. Pero pensé que me había dormido con la boca abierta y se me había irritado. Cuando el dolor continuó el miercoles me dió por mirarme la garganta en el espejo.
Ahí estaba, un bulto blanco del tamaño de un guisante, que no parecía la típica amigdalitis ni las pequeñas placas de infección que puedas tener un miércoles cualquiera. No me dolía el bulto per sé, si no el lado contrario. RARO, RARO, pero todavía no sabía si RARO MALO.
Si quieres verlo (no lo pongo directamente aquí para no herir sensibilidades) PINCHA AQUÍ
El caso es que me di un plazo.
Cuándo me desperté el viernes y el dinosaurio seguía allí decidí que era hora de ir al médico. En el centro médico no me dieron (o quisieron dar) cita hasta el día siguiente. Así que ya estábamos a sábado y yo delante del médico de cabecera diciéndome justo lo que no quería oir de un médico de cualquier tipo.
«No tengo ni idea de lo que es eso, pero si te encuentras mal en cualquier momento esta es una lista de hospitales»
WHAAATT???
El caso es que agendamos cita de urgencia para el otorrino el lunes, y yo intenté no agobiarme. Pero era inevitable sentirse como Ripley.
El lunes llegó y fuí despachada con cajas destempladas por un otorrino que sólo me dedicó 5 minutos de su tiempo diciéndome que era un quiste, y que iba a estar allí hasta el resto de mis días. Que podía operarmelo, pero que con ese tamaño no era necesario.
Tras hablar con el abogado, estaba claro, neitaba una segunda opiñón médica, y por eso pedimos cita a su otorrino, el cual encontró gracias a una recomendación tras vivir una experiencia similar.
Mientras tanto ya me estaba planteando que nombre tendría que ponerle al quiste, por que sí, seguía ahí, grande y protuberante. (MÍRALO AQUÍ)
El miércoles ya en el otorrino mas profesional me miraron con detenimiento, lo cual incluía meterme una cámara por la nariz para que me confirmaran que sí, que era un quiste, que no, que no tenía que preocuparme y que podía crecer (WHAT!) e incluso desaparecer por sí mismo (JA!). Decidió la doctora tocar un poco el bulto para lo que me anestesió la garganta con un spray que me hizo pensar que me iba a morir ahogada con mi propia baba. Pero no. Salí de la consulta un poco más tranquila y predispuesta a iniciar una convivencia pacífica con aquello.
Hasta que llegué a casa por la tarde y me miré al espejo.
Y YA NO ESTABA ALLÍ
Sólo había un pequeño hueco rosado que desapareció a la mañana siguiente.
Quien lo entienda que lo compre, porque yo sigo alucinando pepinillos. No sólo por su desaparición repentina, si no por… ¿Dónde leches fué? ¿ME LO TRAGUÉ? ¿LO REABSORBÍ? No se si nos veremos el domingo en el programa de Iker xD, por si acaso, grabadlo.
En fin, que para celebrar la vida, obra y muerte de un quiste… ¿Qué mejor que un pudding de croissants aromatizado con chai? El chai es una mezcla de té y especias típica de la india tan común que la palabra en sí misma significa té. Es rico y tiene un montón de matices.Y combinado con chocolate queda genial.
Para esta receta actualizo un poco el clásico pudding de pan dándole un punto lujoso con croissants de mantequilla. Intenta que sean medianamente buenos porque si no, vaya drama en el paladar.
En cuanto al chai, hoy por hoy tenéis mezclas variadas en supermercados, siempre va a ser mejor una mezcla casera de alguna tienda de tés buena, pero os podéis apañar con chai en sobrecitos. Mi favorito es de la marca Celestial Seasonings que se puede encontrar en algunas tiendas de importación americanas. Con él infusionamos la nata líquida que le va a dar una textura gordita y deliciosa. El toque final se lo pone un buen chocolate picado, en este caso un Valhrona con leche, que le da calidad a la película, pero utilizad el que tengáis a mano. Podéis servirlo como postre o merienda, pero creo que lo mejor que puedes hacer es servirlo para desayunar o para un brunch, pudiéndolo dejar preparado la noche anterior y hornearlo a la mañana siguiente incluso de resacón.
Hoy además pruebo un nuevo sistema de enseñaros el paso a paso de la receta sin tener que hacer scroll, así no tenéis que aguantar una página larguísima. Sólo tenéis que navegar por los pasos de la receta a través de la siguiente Galería. ¡Es que la ciencia avanza que es una barbaridad!!! (A ver si funksiona como dior manda)
[ngg_images source=»galleries» container_ids=»1″ display_type=»photocrati-nextgen_basic_imagebrowser» ajax_pagination=»1″ order_by=»sortorder» order_direction=»ASC» returns=»included» maximum_entity_count=»500″]Y aquí, como siempre, la receta en versión imprimible.
- 10 croissants (unos 300-400 gramos)
- 450ml de nata líquida
- 3 huevos
- 4-5 bolsas de chai
- 150 gramos de azúcar moreno
- 75 gramos de chocolate
- 1 cucharada grande de extracto o esencia de vainilla
- Pon el horno a calentar a 180º.
- Rompe los croissants en trozos medianos y uniformes encima de una fuente resistente al horno de unos 23 cm de diámetro o 30x20 cm aproximadamente, pica el chocolate y distribuye parte del mismo entre los croissants.
- Pon la nata a calentar a fuego lento en un cazo de fondo pesado, introduce las bolsitas de té con cuidado de dejar la etiqueta fuera del fuego.
- Calienta la nata a fuego lento hasta que casi rompa a hervir y apaga el fuego.
- Deja reposar la nata con las bolsitas de té dentro un mínimo de 10 minutos. Para más intensidad puedes dejarlo un par de horas.
- Mientras tanto bate los huevos con el azúcar y la vainilla en un cuenco.
- Cuela la nata sobre la mezcla de huevo y azúcar apretando las bolsitas de té contra el colador para sacarle todo el sabor. Remuévelo todo bien.
- Empapa uniformemente los croissants con el líquido y distribuye por encima el chocolate restante
- Pon la bandeja con el pudding dentro de otra bandeja de horno un poco más grande y llena el hueco entre las dos bandejas con agua hasta la mitad de la altura de la bandeja del pudding con cuidado de no echar agua dentro. Puedes meter las dos bandejas sin agua dentro del horno y rellenar el hueco con ayuda de una jarra para evitar accidentes.
- Déjalo hornear entre 30-40 minutos hasta que la superficie esté dorada y el pudding compacto.
- Sírvelo caliente con caramelo y helado o tibio con nata montada.
Puedes utilizar cualquier bollo en cantidad suficiente que tengas por casa pero con croissants de mantequilla queda todo como mucho más hedonista y aquí hemos venido a jugar.
Puedes también prescindir del chocolate y echar un puñado de frutos secos picados como avellanas o almendras.
También puedes aromatizar el líquido con chocolate en polvo, extra de canela, ralladura de naranja o un poco de café soluble. Experimenta para encontrar la mezcla que más te guste.
conejito zombi says
Mira, a mi me gusta la cocina, pero me meto a este blog más por historias como la del quiste que por las recetas xD