Quiero ser de la tercera edad…
Sí, sí, como lo lees.
Quiero ir andando muy despacito por la calle andando para luego echar a correr en el paso de peatones al estilo de Usain Bolt.
Quiero colarme descaradamente y sin pudor en las colas, ya sean del banco, supermercados o Pontejos…
Quiero subir a los autobuses dando bastonazos y sin respetar el orden y luego quejarme de los jovenes de hoy en día.
Quiero ir al médico y contarle mi vida durante media hora.
Quiero mi derecho a que nadie me recrimine nada porque … tercera edad…
Yeah. Yeah. Ya se que no toda la gente mayor es igual (A DIOR GRACIAS). Pero sé a ciencia cierta que mientras tú, persona, leias esto, te has sentido como si ya lo hubieras vivido antes. PORQUE TE LO HAN HECHO. (REINCIDO: Generalizo, hay gente mayor que no es así, pero si no, no nos estariamos quejando ahora de nada)
No se tú, pero yo me siento estafada cuando voy al médico y me despacha en cinco minutos, cuando con el resto (muy jovenes, jovenes, no tan jovenes y no muy jóvenes) se tira del orden de 20 minutos a 40. Sí, me da solución a mi problema, pero no dejo de sentir… ¿Qué me estoy perdiendo? ¿Qué se cuentan ahí? Es como pedir un menu de degustación y que nunca te saquen el principal y el postre. ¡MIS QUINCE MINUTOS DE GLORIA YA! ¡OIGA!
Otra de las razones de las de hacerte mayor es la maravillosa sensación que debe de ser que tus descendientes (directos o indirectos) te hagan la pelota para poder descubrir alguna de las recetas secretas que guardas en tu arsenal antes de que te vayas a la tumba y te las lleves contigo, pero con estos tiempos que corren quien sabe si tendremos descendencia o si llegaremos a viejos… Es por eso que os hago traspaso de esta receta, mis queridos herederos…
Si alguna vez has venido a cenar a la Maison Du Vinagre, es bien posible que hayas tomado un poco de esta suculencia. Su inspiración viene de otros tiempos, de cuando probé un carpaccio al aceite de trufa en un restaurante de Valencia que ni siquiera se ya si existirá. Me caló muy hondo y con el paso de los años fuí intentando desgranar la receta original en mi cabeza probando con muchos ingredientes porque no tenía la receta original. El caso es que con el tiempo creo que la mejoré y le dí un toque diferente y único. Un verdadero petardazo en tus papilas gustativas. Un Ryan Gosling culinario, baby.
El secreto es el foie, higado de pato rallado encima del carpaccio que actúa como una fina lluvia de umami. Pero con un truco, para lograr que sea sutil y no empalague o todo te sepa a foie hay que rallarlo muy fino y eso lo conseguimos congelado totalmente el foie. Y luego llorando del gustico cuando lo pruebas, como copos de nieve deshaciéndose en tu boca.
Esto lo convierte en una versión de lujo que te crujo, porque requiere un pelín más de inversión. Merece la pena, no obstante. Unos 50 gramos de mi-cuit dan para 4-5 platos de carpaccio siendo generoso y se puede conservar en el congelador bien envuelto en film transparente. No obstante podéis hacerlo más proletario prescindiendo de él, también está rico y es el que hago con más frecuencia…
Y si no lo habéis hecho ya, mis queridos cocinillas vaganistas, haceos el favor de mercarse un buen rallador, de estilo Microplane, con pequeños agujeros, os servirá para esto y para todo el resto de cosas, como rallar nuez moscada, quesos variados, chocolate, especias, cítricos… un sin fin de aplicaciones que cuando probéis a hacerlas con un buen rallador os olvidaréis para siempre del rallador del chino.
Probadlo y me contáis, o no, pero perpetuad esta receta, contádsela a vuestros hijos si tenéis… no os arrepentiréis…
¿Veganizarla? ¡CLARO HOMBRE!Puedes hacer un carpaccio de berenjena y/o calabacín y prescindir del queso y del foie. ¡Igualmente rico!
[ngg_images source=»galleries» container_ids=»2″ display_type=»photocrati-nextgen_basic_imagebrowser» ajax_pagination=»1″ order_by=»sortorder» order_direction=»ASC» returns=»included» maximum_entity_count=»500″]
- Un paquete de 110 gramos de carpaccio de vacuno
- 1 cebolla verde pequeña o media cebolla pequeña seca
- Aceite de oliva virgen extra
- 1 cucharadita de Mostaza de Dijon
- 1 cucharada de salsa de soja
- 2 cucharadas de Aceite al aroma de Trufa
- 2 cucharadas de vinagre de Módena
- Sal
- Pimienta negra
- 50 gramos de foie mi cuit bien congelado (sácalo en el ultimo momento del congelador)
- Queso parmesano o grana padano para rallar al momento
- Pon las láminas de carpaccio sobre un plato amplio, distribúyelas para que apenas se superpongan las unas con las otras. Resérvalo.
- Con la ayuda de un cuchillo afilado pica lo más fina que puedas la cebolla, pon la cebolla picada en un cuenco mediano.
- Añade 3-4 cucharadas de aceite de oliva virgen extra, la mostaza, la salsa de soja, el aceite a la trufa, y el vinagre, con la ayuda de un tenedor empieza a mezclarlo todo batiéndolo hasta que forme una crema densa. Añade un poco de sal y pimienta negra.
- Con la ayuda de una cuchara reparte la vinagreta sobre el carpaccio cuidando de que todo quede cubierto. Ayúdate con el dorso de la cuchara para extender bien la mezcla.
- Con ayuda de un rallador bien fino (no del chino, por favor) coge el mi-cuit completamente congelado y ralla un poco sobre el carpaccio aderezado como una fina lluvia que lo cubra todo.
- Acto seguido ralla también finamente un poco de parmesano o grana padano para cubrir la superficie del carpaccio.
- Puedes servirlo inmediatamente o dejarlo reposar un par de horas en la nevera cubierto con film transparente.
- Acompáñalo de pan bien crujiente y si te apetece un vino blanco dulce o un rosado bien frio
Lolaplok says
Que facil y rico!! Donde compro un blister de BUEN carpaccio?? Recomiendame, gracias!!