Regreso a vosotros en los albores de la tempestad…
Nah, es broma xD, ¿Qué me ha pasado? Pues lo mismo que hace unos meses, cambio de trabajo encadenando unas vacaciones, vacaciones que al final ha implicado también trabajar, pero en cosas más interesantes, como por ejemplo echarle un cable a Raisah en un traje para un evento del siglo XVIII, hacía tiempo que no echaba un rato a coser algo de chica de este período y la verdad es que una vez vuelves a estas cosas con ello vuelve el mono. ¡Gracias Rai por dejarme mangonear xD!
También tuve la oportunidad de restaurar el forro de una levita de 1907 y disfruté como un cochino revolcándose en el barro, a cada trozo que reparaba descubría algo que había hecho el sastre original y que me entusiasmaba… Y cuanto más ahondaba mas claro me quedaba de que antiguamente se hacían las cosas con mucho y amor y para durar. Una levita de 108 años está en mejor estado que mi trenca de paño de la temporada anterior. ¡Vivir para ver!
Aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, que el Bernesga pasa por León, disfruté de unos días de asueto (¡ya era hora!), disfruté dando paseos por el valle del Órbigo viendo como recolectaban el lúpulo, robé una mazorca de maíz y casi me muero del vértigo en un puente colgante, ¡incluso pesqué un par de truchas en la piscifactoria! Me teníais que haber visto… todo un espectáculo de feria (así no hay quien me saque de casa). Los sábados se monta, además, un mercado de productores en la Plaza Mayor de León y ni que decir tiene que volví cargada como una mula. Entre regalos y compras casi no se cabía en el coche de vuelta.
A todos los que habéis hecho de estos días algo inolvidable (Raquel, Pili, Carmen, Iñaki and Family) gracias, estoy deseando volver para repetir y ¡conocer más! Y sobre todo el gustito de dormir con manta en pleno verano. Eso no tiene precio, para todo lo demás… Aire acondicionado.
De vuelta al hogar en un intento de Martha Stewartizar mi vida, me compré una etiquetadora y nuevos botes de especias para actualizar mi despensa. Estaba hasta el ñete de los que me había agenciado en Ikea, al abrirlos para coger cucharadas de algo me espurreaban todo su contenido, y yo cuando voy a cocinar, cocino, no voy a montarme lienzos de Pollock en la encimera.
Ya os contaré que tal van estos nuevos botes y si merecen la pena. Próximamente os hago reviú.
Por el momento continúo de limpieza de otoño en casa, tirando ropa que ya no uso (¡AY! no veas como duele T_T ) y una considerable cantidad de zapatos que no recordaba que estuviesen tan mal.
Y como en Otoño además de limpiar la casa lo que se estilan son las tartas hoy os traigo un clásico remasterizado, la tarta Tatin, pero en mi versión con manzanas espiralizadas. ¿Cómo? ¿Espiralizadas? Si sois lectores habituales os acordaréis de que en mi primer cambio de trabajo, mis excompis de la agencia me regalaron un espiralizador entre otras muchas cosas. Es una maquinita que convierte verduras en espirales o spaguettis gordos o finos. ¿Es práctica? Es un poco aparatosa, la verdad, pero una vez te acostumbras es adictivo. La cebolla espiralizada fina para las ensaladas queda genial. También hago spaguettis de calabacín con salsa de tomate, ideales para celiacos, o los utilizo crudos en ensaladas. Prácticamente cualquier fruta o verdura medianamente solida se puede espiralizar, encuentro quizás mas difíciles las zanahorias y cometí el error de intentarlo con los tomates. Las patatas se dan bastante bien.
La tarta tatin, o tatán, según quieras pronunciarlo al ritmo de la Quinta sinfonía de Beethoven, es una de mis tartas favoritas. Cuenta la leyenda que su creación fué un error de confección por parte de las hermanas Tatin, que regentaban un hotel en una playa de Francia. A la hora de hacer el pastel olvidaron poner la pasta para forrar la parte inferior del molde y el azúcar y las manzanas caramelizaron creando un delicioso menjunje que se derretía en la boca junto con la pasta quebrada o el hojaldre.
Yo he querido darle la vuelta de tuerca utilizando las manzanas espiralizadas, al ser más finas se cocinan mas rápido, y aceleramos aún más el proceso usando caramelo en vez de el azúcar. Además le añado mantequilla por aquello de incentivar el gorrino que hay en cada uno de nosotros. En definitiva, sirve para 6 porciones para gente que se controle o una sola porción si eres una floggera avinagrada (Noesquemehayacomidounaentera,no)(perocasi).
Si no tienes espiralizador y tampoco lo ves en tu futuro, no te preocupes, puedes hacer las manzanas en láminas finas, o utilizar una mandolina para rallarlas estilo juliana.
En definitiva, la hagas de la manera que la hagas, una triunfada. ¡Dejaos querer y regalaros una tarta otoñal como pocas!
Y al que te diga que no, que no se hace así…
Los ingredientes son pocos y viejos conocidos. Si eres un manías de la cocina como yo, posiblemente los tengas en la nevera. 3 o 4 manzanas, yo tengo debilidad por las Royal Gala, mantequilla, azúcar, esencia de vainilla y una lámina de hojaldre.
Empezamos curándonos en salud engrasando el molde, que luego a veces no sirve de mucho, pero que no se diga que no lo hemos intentado, HOYGA.
Bien untadito y lleno de huellas dactilares lo apartamos en lugar seguro mientras hacemos el caramelo. Ponemos el horno a calentar a 180º
En una cacerola o una olla de fondo pesado echamos la mantequilla a fuego medio bajo.
No hace falta esperar a que se funda del todo, echemos también el azúcar, como si no hubiera un mañana del cual preocuparse!
Dejamos que burbujee, siente el espíritu de Hermione o de Neville en clase de pociones y disfruta el olorcete…
Empezará a hacer cosas raras, no te preocupes, coge una cuchara de metal larga y remueve.
Unas zonas empiezan a hacerse caramelo y otras no, remueve bien para que se tueste uniformemente.
Hasta que alcance mas o menos este color, el pantone equivalente sería el de los caramelos Werthers. En este momento echamos la vainilla y removemos muy bien.
Echamos el caramelo con cuidado de no abrasarnos en el molde que amorosamente habíamos engrasado. Resiste la tentación de tirar el anillo único dentro. Sí, quema del demoño.
Sin prisa pero sin pausa pela las manzanas. Ponlas en el espiralizador y empieza a darle a la manivela mientras empujas la manzana hasta el fondo.
Hasta que consigas espaguettizar toda la manzana
Espiraliza todas las manzanas restantes. Alternativamente si no tienes espiralizador puedes rallarlas con una mandolina, o filetearlas finas con un cuchillo. El propósito es que a mas pequeño menos tardan en cocerse. ¡Y en tiras queda distinta la presentación!
No te preocupes si te queda un trozo de manzana sin espiralizar, puedes comértelo o cortarlo fino con el cuchillo y añadirlo a las tiras restantes.
Cúbrelo con un circulo de pasta de hojaldre del tamaño del molde y mételo al horno a 180º durante 25-30 minutos. Si empieza a dorarse demasiado cúbrelo con papel de aluminio.
Nada más sacarlo del horno déjala reposar dentro del molde al menos 15 minutos. Eso servirá para asentar el caramelo. Pasado este tiempo pon encima del molde un plato vuelto, como si fueras a darle la vuelta a una tortilla y gira el molde dejando que el caramelo cubra la pasta de hojaldre ya cocida. Sírvela templadita, se recomienda con helado de vainilla, pero sola está muy rica, y con chocolate derretido por encima ni te cuento. ¡Destroyer!
- 100 gramos de mantequilla
- 200 gramos de azúcar
- 1 cucharada de extracto de vainilla
- 3-4 manzanas
- Una plancha de hojaldre
- Mantequilla extra para untar el molde
- Comienza untando un molde de unos 28 cm con mantequilla o aceite.
- Precalienta el horno a 180º
- En un cazo de fondo pesado pon el azúcar y la mantequilla a fuego medio. Deja que se convierta en caramelo removiendo de vez en cuando. Hasta que alcance un color tostado claro. Retíralo del fuego y añade la vainilla, remuévelo bien y vuelca el contenido del cazo en el molde.
- Pela las manzanas y córtalas en juliana, espiralízalas o córtalas en lonchas muy muy finas.
- Coloca las manzanas ya troceadas encima del caramelo, no te preocupes si esta ya duro.
- Cubre las manzanas con un circulo de pasta de hojaldre del tamaño del molde.
- Coloca el molde en el horno a media altura y déjalo cocer durante 25-30 minutos, si la pasta empieza a tostarse demasiado coloca una lámina de papel de aluminio encima del molde.
- Saca la tarta del horno y déjala reposar en el molde 15 minutos.
- Desmóldala como si fueses a dar la vuelta a una tortilla de patata con un plato.
- Sírvela tibia con helado de vainilla.
Aunque el caramelo parezca muy líquido una vez saques la tarta del horno déjala asentar, se espesará y al darle la vuelta empapará el hojaldre.
Si no la quieres muy dulce reduce el azúcar y la mantequilla a la mitad.
Marisineslahora says
Muerooooo de amor la prepararé pronto y me ha encantado el esferificador, despierta la friki de los trastines que hay en mi…..
Un abrazo Ximo
Miss Vinagre says
Un abrazo mariññassss xD
En nada te lleno la casa de cacharrines mader…
alejandra says
me encanta tu blog. solo quería decirte que HOYGA esta mal escrito. si lo haces por hacer gracia perdona este comentario. pero es q no lo puedo evitar. Oiga 😉
Miss Vinagre says
XD Alejandra, está mal escrito adrede, es una tradición en mis círculos culturales y de amistad… lo cual dice mucho de ellos, o muy poco… xD Lo dejo a tu elección!