Sueño, cansancio, pesadez, gruñonismo extreme, decaimiento, cambios de humor…
Todos estos son los síntomas que sufres cuando encadenas vacaciones, mudanza + pintura del nuevo piso y un curso intensivo de claqué en pleno Agosto, en Madrid, con una media diurna de 32º.
Bravo.
Bravísimo.
Pero centrémonos en lo positivo y es que disfruté de una semana de vacaciones en la Cerdanya donde vive mi hermana desde hace un año en un pequeño pueblo cerca de la frontera francesa (tan cerca como un kilómetro).
Con una parada técnica de un par de dias en Valencia, una comisión de representantes del Mundo Vinagre (Tm) nos dirigimos rumbo a las frias (¡thanks god!) montañas. Tras pasar los pertinentes peajes por ser aquello tierras catalanas llegamos al pequeño y recoleto pueblo donde tras instalarnos y esperar la vuelta del trabajo de mi hermana, sacamos a los perretes, Yupi y Dobby Foc a dar su habitual paseo por los caminos y los campos alrededor del pueblo… La verdad es que la combinación de un perro que corre que se las pela con otro perro que no anda ni echándole agua hirviendo es agotadora…
Algunas capturas de los paisajes alrededor de la Cerdanya…
El primer día no hicimos nada más que pasear por los prados que veis arriba porque estabamos más que reventados… 5 horas de viaje con bastantes curvas una vez sales del túnel del Cadí.
Así que decidimos aventurarnos el día siguiente a explorar el terreno y ni cortos ni perezosos decidimos emprender el viaje a Francia, que realmente es solo cruzar una rotonda en Puigcerdà para pasar a Bourg Madame. Allí hicimos una de mis actividades favoritas: Turismo de supermercado. Decir que me gusta ir cotilleando, y en este caso morirme de envidia, es quedarse corto. Exagerando (no demasiado), es como una convención de cine porno para un adolescente…
Así que nos metimos en el Carrefour fransuá y yo no daba crédito… Los precios… normales en su mayoría, con honrosas excepciones a la baja… como por ejemplo el Sauternes…
¿Os he contado que una botella así cuesta unos 28 euros de media en Madrid? xD Estoy planteándome seriamente establecer una línea de contrabando.
Y por supuesto siendo franceses nos tenían que ultrajar de alguna manera a los españoles…
En resumen, que compré pogollón y más que me habría llevado, de no ser porque volveríamos a Madrid en tren y estabamos limitados por lo que podíamos transportar en nuestras maletas… Le sigh…
Esta es la parte parcial de mi botín:
- Mostazas Maille (aux epices y a la acienne)
- Sirope de pomelo Teissere (es tipico diluirlo en agua para hacer una bebida refrescante)
- Un lavaplatos de secretos del Vinagre (guiño, guiño) de pomelo
- Chocolate Crunch blanco
- Chocolate blanco con trocitos de speculoos
- Queso Laguiole (mi favorito de todos los que probé)
- Galletas de Bonne Maman de chocolate y de chocolate con caramelo (de mis favoritas)
- Salsa andaluza Heinz (broma interna de la Maison du Vinagre)
- Queso en bolitas para ensaladas con nueces
- Twix planos de los que se vendían hace eones en España
- Discos de water de un olor que no se ha comercializado aquí (orquídea o no se qué)
- Bizcocho de caramelo salado
- Brownie de chocolate blanco
- Patatas fritas sabor pollo asado (SUPER CONSEGUIDO el sabor, os lo juro!)
- Desperados Red tamaño biberón
- Patatas fritas sabor boloñesa, que sabia mas bien a hierbas con tomate…
- Patatas fritas con sabor a mostaza y pepinillos, también logradísimas
- Desinfectante al pomelo (veo una tendencia preocupante con el pomelo)
Y todo lo que no sale, que en fin… corramos un estúpido velo. En cuanto a calidad y precios dejadme que me explaye en un próximo post por que vaya… tiene tela la cosa.
Evidentemente se nos hizo la hora de comer y pensamos en aprovechar para ir a Llívia. Para los que no lo sepais Llívia es un pueblecito español dentro del territorio francés, algo así como la Rioja Alavesa pero en pequeñito y pastoral (muy Pedro y Heidi)
Allí comimos en Cal Rita Porta donde tienen un menú del día muy razonable, pedimos como extra la carne a la piedra, que se hace sobre una laja de pizarra caliente a tu gusto. La carne fué una de las mejores que he probado en mucho tiempo. También pedimos entrantes en los que el que más me gustó fué el Trinxat de la Cerdanya, que es una especie de puré de patata con col espigada o larga, típico de la zona que está delicioso, en este caso lo aderezaban con butifarra negra, creo recordar.
Nos fuimos acto seguido, para bajar la comida, a visitar el museo de la ciudad que también contiene los elementos de una de las farmacias mas antiguas de Europa que hasta hace unas décadas estuvo en Llívia, la farmacia Esteve.
Después de este ágape y visita volvimos a descansar para luego abordar mas relajados una visita a Puigcerdà (vamos, que, SIESTA)
Puigcerdá me sorprendió por lo cosmopolita que es: es un pueblo en medio de las montañas pero tienes un Benneton, un Natura, un montón de sitios de Scrapbooking y decoración que a mi en Madrid me costaría un viaje a un centro comercial de las afueras o meterme como minimo media hora en el infierno de el transporte público madrileño.
Disfrutamos de la merienda en Bake&Cake, donde unos comieron cronuts con megabatidos y yo me pedí una Obama´s Pastry, que era un pastel de hojaldre con caramelo, crema y nueces de pecán el cual estaba muy bueno. Pero vamos… cronuts… en los pirineos… ¿Qué está susediendo?
Para acabar de rizar el rizo hace escaso tiempo que abrieron una tienda que se llama El Rebost y que es básicamente un despacho de alimentación a granel, que sale sustancialmente más económico que comprar envasado, sobre todo por el hecho de que son productos en su mayoría de proximidad, de cultivo ecológico y para los más freaks: puedes elegir los granos que desees y ellos te muelen la harina al momento. Tremendo. Yo me agencié una mezcla de setas, shiitake, lentejas rojas peladas, azúcar moreno y harina de garbanzos (con la que he hecho socca y guau… me he vuelto fan). La ventaja económica de un formato así es que si sólo necesitas 200 gramos de harina te llevas 200 gramos de harina y no te quedas con 800 gramos mirándote desde el estante esperando a ponerse rancia… Y no solo se limita a los sólidos, también tienen líquidos como vinagres y salsas de soja a granel. El concepto me encanta y espero que abran pronto algo así en Madrid.
Después de una visita rápida al Àrea Guissona a por una buena cantidad de secallonas partimos ya a casa a descansar y cenar parte de nuestro botín.
Al dia siguiente marchamos a Carcassone, una de las ciudades enseña del Languedoc cuyo mayor atractivo es la conservación de un casco medieval antiguo casi intacto (si omitimos, claro, todos los comercios modernos).
Mi mayor consejo es, si deseais visitar Carcassone desde Puigcerdá o Andorra, espereis a invierno para que abran el tunel de Puymorens, que solo se abre cuando hay nieve y que reduce la dificultad y el tiempo de atravesar un puerto de montaña con unas curvas y unas inclinaciones que harían marearse a la biodramina.
Si aún asi os atreveis fuera de esta franja temporal echad por lo menos en mente unas 3 horas de viaje y la idiosincrasia de las autopistas francesas, dobde las salidas se avisan con muy poco tiempo y es probable que te la pases teniendo que dar una vuelta del carajo (noesquenoshayapasado, peronoestademasavisar, ojocuidao). Además de echar tiempo, echad también protección solar, un buen sombrero e incluso una sombrilla: en pleno verano el sol pega de justicia divina…
Hay diversos aparcamientos por lo ancho y largo de la ciudad, pero cuanto mas cerca aparqueis de la ciudadela lo agradecereis, nosotros aparcamos en el casco nuevo (del XVIII-XIX) y… fué un trecho.
Carcassone se puede ver prácticamente en un día, pero os aconsejo hacer noche y no hacer nuestro viaje de ir y volver en un dia, porque 6 horas de viaje acaban resultando agotadoras…
A la vuelta hicimos un alto en el camino en Ax-Les-Thermes para hacer un pis y beber algo y de paso babear con la arquitectura del lugar. Es un pueblo que ha crecido alrededor de unos manantiales termales de aguas sulfurosas y con un origen romano incierto pero mas que plausible. Como podeis ver en las fotos, sus habitantes no van descalzos e incluso tienen un pequeño hospital para un pueblo de unos 1500 habitantes, comentádselo a los habitantes de alguna de nuestras comarcas españolas, lo mismo lloran, lo mismo mueren de la risa esperando una ambulancia que no llega.
(La pequeñita de la derecha se alquila, por cierto)
Y después del periplo llegamos a casa con un cansancio de tres pares de cojones…
Al dia siguiente volvimos con tranquilidad a comer a Puigcerdà a la Maison d´Adeline, donde por 10€ el menú te metes entre pecho y espalda una comida honesta y buena, sin grandes aspiraciones, pero contundente. Muy recomendable. Nosotros cometimos el error de pedir, además del menú del dia, un plato de bravas y otro de pan con jamón: cuando acabamos las patatas yo ya podía haberme ido a echar la siesta.
De primero yo pedí ensalada y de segundo pechugas al roquefort, no me pude acabar mas que 1/3 de la ensalada, brutérrima… Sales rodando.
Altamente recomendable para no comerse el tarro y comer sustanciosamente.
Ya por la tarde fuimos a Andorra, ya que habiamos conseguido entradas gratis para Scalada, el espectáculo del Circo del Sol.
La verdad es que el viaje a Andorra solo mereció la pena por las compras que hicimos de tabaco, alcohol y gasolina, porque el espectáculo fué, para mi gusto… mediocre. Y hablo con cierto conocimiento de causa, ya que por motivos laborales vi 27 veces Dralion y en cada una de las sesiones disfruté de la magia que crean, pero esto fué como si hubiesen mandado a los becarios del Circo del Sol a hacer un espectáculo mediocre y mal diseñado en una especie de escenario de Hollywood Bowl, que es mas para conciertos que para actividades audiovisuales. Tampoco ayuda que el 80% del aforo sea de pie… con las dificultades que ello conlleva (gente alta delante, pisotones, abuelas catalanas invasoras de espacio vital muy maleducadas). Al final no aguantamos mas de media hora de la hora y media que dura el espectáculo. No merece la pena invertir el tiempo a menos que consigas asientos y aún asi los 15 euros que cuestan me parecen demasiado. Afortunadamente me agencié un par de Bourbons que no se comercializan en España (Bulleit y JD Honey)
Ya de vuelta nos tiramos en plancha a dormir y a aprovechar el dia siguiente haciendo nada, que paz… Paella, perros de paseo y un poco de Puigcerdà.
Os podeis imaginar qué trauma térmico supuso la vuelta a la saga realidad, aún me corre el sudor por la espalda… ¿Que me corre porque sigue haciendo una jartá de calor? xD ¿Quién lo iba a decir del verano en Madrí?
En resumen, que las vacaciones son como el dinero, siempre hace falta más.
¿Qué tal vosotros? ¿Os habeis podido escapar? ¿O os habeis planteado ya el harakiri? No sus preocupeis, que para los que os toque guardar el fuerte en el próximo post os daré mis recomendaciones en Madrid para este verano.
Bonus tracks…
guisándome la vida says
Hacía tiempo que no te leía y más que no te dejaba un comentario en el blog y la verdad, que con lo que me haces reír, debería ser más agradecida…
Estupendo relato de tu viaje con una sección turística «especial supermercados» que a mi también me encanta y me parece, además, de lo más ilustrativa.
Un abrazo
Carmen
Miss Vinagre says
Muchas gracias por tus palabras! A veces se hace muy cuesta arriba escribir por que la vida normal se cruza entre medias pero con lograr, como dices, hacerte reir la verdad es que compensa todo.
Muchas gracias Carmen! 😉
Marisineslahora says
Gracias mil a los dos por llevarme con vosotros.
Me lo pase genial.
La próxma sera par ver Montsegur.
Miss Vinagre says
Gracias a ti maimoder por acogernos en tu expedición, y básicamente, por todo. Simply the best! que diria Tina Turner
Sue says
Como mola entrar en un super fuera de tu ámbito normal de compras. Y si es en otro país, ni te cuento. Yo llevo 4 años yendo de vakatas a Ibiza (no por ná, fuimos un año, nos gustó, y hemos vuelto…cero fiesta, todo playa (y mercadillos, para horror de mi novio) y descansar) y allí todos los super están orientados a los guiris…te encuentras los sabores de patatas más marcianos de la Tierra!!! Mencantaaaaaa!!! Hasta el Eroski es extraño….así que aprovecho para probar un montón de cosas raras que no encuentro normalmente por aquí ( el peligro es q algo me guste…pq luego me paso un año penando hasta que lo vuelvo a conseguir). Diez días me quedan pa irme…cuento las horas.
Y ná, que se te echaba de menos MissVi!!!
Muxus
Sue
Miss Vinagre says
XD Totalmente de acuerdo con lo que dices, muchas veces cambias de barrio y ya es un mundo nuevo en productos. xD He de confesar que los mercadillos me encantan también, pero me pasa un poco como a tí con el tema de acompañantes! jajajaja. Y lo de las patatas fritas, para mi son como los Pokemon, ¡Hazte con todas! xDD
Yo también he echado de menos vuestros comments!
Un abrazo!!!
Miss Needles says
Me has puesto los dientes largos con todo :). Y que paisajes!, ahora lo de la tienda que vende a granel ya me ha ganado del todo jajajaj.
Nosotros hemos estado en Alicante una semana con la family y malos los tres la mitad del tiempo. Y la otra semana encerrados en casa por lo mismo…así que si, me dan mucha envidia las tuyas jajaja
Miss Vinagre says
Es un clásico ponerse enfermo en vacaciones, a mi me suele pasar los fines de semana, pero no te preocupes, que el karma lo devuelve con cosas chachis… fijo! xD
Quesos y abrazos Señorita Agujas 😉
tikismikis says
¡Hola!!
La primera vez que me animo a comentar, y eso que te leo desde el principio =D
Qué envidia màs cochina me has dado jejeje. Me ha encantado tu crònica, nada pijicuchiguay y no por ello menos apetecible.
Se ve que este es punto de encuentro de los frikis que visitamos mercados-super-tiendas de alimentaciòn varias cuando vamos a tierras extrañas XD.
Espero la siguiente entrada y mucho anìs del mono para superar la vuelta a los madriles.
Miss Vinagre says
Tikismikis!
Que no sea la primera vez que jomentas! Me alegro de que te haya gustado la crónica (con sus más y sus menos) xD disfruté mas viviendolo que escribiéndolo, todo hay que decirlo. Y sí, frikis de los supers somos más! xD Que deleite!
Muchas gracias por tu comentario!
Permanece en antena! 😛
Mireia says
Reconozco muchas de estas fotos de la Cerdanya. Yo soy de Barcelona y paso muchos veranos ahí, como bien dices, es genial para descansar del ritmo de vida urbano, todo es muy diferente y yo también me vuelvo completamente loca cuando voy al carrefour de la frontera francesa, lo compraba todo, hasta los productos de limpieza jajaja.
Me ha encantado tu reportaje, qué verano más rico^^
Miss Vinagre says
Hola Mireia!
Gracias por tus palabras. Si has reconocido muchas de las fotos me quitas un peso de encima, xD eso quiere decir que no soy tan mala fotógrafa como pienso. Como bien dices es muy diferente y es otro ritmo de vida. ¡No estoy sola con lo del Carrefour por lo que me dices! xD Reconforta saberlo!
Me alegra que te haya gustado, aunque en mi caso ha sido mas un verano rico en cajas de mudanzas! jajajaja
Un saludo!