Ya van para dos semanas de retraso, no solo del mio mental xD que os veo venir, para la instalación del aire acondicionado. Estas cosas me pasan por confiar en el Tajo Sajón, crees que vas a tener un mínimo de garantías y luego te hacen un ¡zas! en toda la boca diciendo que tú has pedido un aplazamiento de la instalación hasta el 8 de Agosto.
En plena ola de calor.
¿Estamos locos? ¿Quién en su sano juicio pide algo así? «Hola, sí, verá, había comprado un aire acondicionado, pero quiero fastidiarme a mi misma retrasando su instalación porque quiero cocer marisco a lo vivo en mi salón» – Dijo nadie NUNCA.
Al final el estar mas caliente que una cesta de gaticos junto al fuego me retrasa todas las acciones previstas: poner lavadoras, preparar comida para toda la semana, hacer fotos… y no digamos ya sentarse delante del ordeñador, que se calienta con la fuerza de mil soles. Te acabas poniendo moreno por inducción. De hecho, voy a regalar la crockpot y a empezar a cocinar las cosas encima de la pantalla.
Al final todos estos retrasitos acaban afectando al ritmo de publicación, y como soy muy poco organizada y no tengo un calendario editorial, pues salen cosas cuando ya casi ha acabado la temporada de un ingrediente, como por ejemplo hoy, con las fresas de este Eton Mess.
Pero valga el aviso de que sigue habiendo fresas, segovianas para mas inri, a un precio razonable en el anteriormente mencionado Tajo Sajón, así que si os animáis os recomiendo que las compréis. Si no queréis caminar o hacer un minimo de ejercicio probad a hacerlas con melocotones frescos, albaricoques o cualquier fruta medianamente jugosa, frambuesas, arándanos… experimentad y seréis recompensados.
Siguiendo mi tónica anglosajona, el postre (o merienda, o desayuno ¿por qué no?) de hoy llega directo de la pérfida Albión. El Eton Mess o (Literalmente traducido) «Desastre de Eton» o «Desorden de Eton» es un platillo de fresas, nata montada y merengue que se sirve todos los años en el partido de criquet que enfrenta el Colegio de Eton, donde estudian los hijos de la élite, contra el Colegio de Winchester, donde posiblemente también estudien los hijos de la élite pero que mola menos porque no es Eton xD. Si bien puede hacerse con cualquier fruta de temporada lo tradicional es que sea con fresas, pero también se puede hacer con plátano o las frutas anteriormente mencionadas.
La metodología del Eton Mess es de primero de botijo. Merengue, fresas y nata montada, todo ello mezclado y puesto en copas. Yo me he dejado de ortodoxias y lo he puesto todo encima de una tabla de madera al estilo Jamie «Desastritos» Oliver, la competición por comer todos del mismo plato a veces vuelve a la gente chacales rabiosos y eso siempre es divertido (y puedes llegar a monetizarlo en youtube!). Punto extra por no ensuciar un vaso o copa por persona.
Los niveles de dificultad pueden ser aumentados: haciendo tu propio merengue, preparando un gastrique con las fresas… Siéntete creativo si eres un cocinero atrevido. Si no, ve a lo seguro, compra un buen merengue seco en tu horno/panaderia/pastelería de confianza, con 60-70 gramos (2-3 piezas grandes), compra también una buena nata montada si no tienes batidor, así que olvídate del bote a presión y compra una deliciosa tarrina de nata congelada, que a veces también tienen en hornos y pastelerías, un puñado de fresas y a volar!
En mi propuesta guarrilla utilizaremos los siguientes ingredientes. Un vaso (120ml) de nata líquida de al menos 35% de materia grasa, tres cucharadas soperas de creme fraiche, unos 50 gramos de azúcar blanco, una cucharada de pasta de vainilla, 150 gramos de fresas, 3 cucharadas de azúcar moreno, medio limon o media naranja (no fotografiado) para sacarle el zumo , y tres merengues de vainilla (aproximadamente 60-70gramos)
Comienza picando finas las fresas, no hace falta que seas muy exacto, pero no las cortes muy gruesas.
Exprime el zumo de media naranja encima de las fresas.
Añade 3 cucharadas de azúcar moreno, mézclalo todo bien y déjalo reposar por lo menos una hora en la nevera.
Transcurrido el tiempo pon en un bol el azúcar, la nata líquida y la creme fraiche junto con la vainilla.
Bátelo todo con unas varillas eléctricas, manuales o de sobremesa hasta que la nata forme picos duros, ¡no te pases o harás mantequilla! Que está muy buena, pero no es lo que queremos.
Rompe el merengue en una tabla de madera o una fuente grande.
Pon en un bol 1/3 (un tercio) de las fresas maceradas en el zumo y el azúcar. Añade 4 cucharadas soperas de la nata montada. Pisa las fresas y la nata con un tenedor, mezclándolo bien y haciendo un poco el Jackson Pollock
Distribuye esta mezcla a goterones encima del merengue partido.
Reparte las fresas restantes por encima, omite lo borrosas que están las fotos. xD
Reparte la nata restante por encima de todo el conjunto.
Decóralo con hojitas de menta frescas para darle un toque verdoso. Si lo vas a servir mas tarde retrasa el montaje hasta la hora que tengas previsto servirlo. Si no, la nata perderá aire y se quedará un conjunto líquido y ensopado.
- 150-200 gramos de fresas
- El zumo de media naranja o medio limón
- 3 cucharadas de azúcar moreno
- 120ml de nata líquida (minimo 33% de materia grasa)
- 3 cucharadas colmadas de creme fraiche
- 50 gramos de azúcar blanco
- 1 cucharada de pasta de vainilla
- 60-70 gramos de merengue seco (2-3 piezas grandes)
- Limpia las fresas y retírales el pedúculo (la cosa verde)
- Pica las fresas en trocitos pequeñitos. Ponlas en un bol, añade el zumo de naranja y el azúcar moreno. Remuévelo todo bien y déjalo reposar una hora (como mínimo) en la nevera.
- Transcurrido el tiempo de reposo pon la nata líquida en un bol y añade el azúcar, la creme fraiche y la pasta de vanilla, bátelo con unas varillas manuales o eléctricas hasta que la nata quede montada en un punto duro, que mantenga el pico sin derretirse como en las fotos.
- Prepara una tabla o una fuente grande partiendo los merengues encima.
- En un bol pon un tercio de las fresas maceradas y añade 4 cucharadas de la nata montada, con la ayuda de un tenedor machaca estas fresas junto con la nata y mézclalas bien.
- Reparte la mezcla de fresas y nata sobre el merengue.
- Reparte las fresas restantes sobre el merengue y cúbrelo todo con la nata restante dejándola caer en cucharadas uniformes sobre toda la mezcla.
- Sírvelo inmediatamente para que el merengue no pierda el crujiente.
Dale un poco de chispa con unas gotitas de kirsch o grand marnier al macerado de las fresas.
Dale un toque más extremo de cerdismo derritiendo un poco de chocolate y salpicándolo por encima.
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