Hoy os quiero hablar de las tartas, sí, otra vez, que pesadilla en Jelmestrit…
La diferencia con el otro día es que hoy os quiero hablar de las tartas y las opiniones. Sobre todo con el tema de las tartas de fondant. Afortunadamente las tartas no son como los derrieres... (las opiniones sí)
Hace poco una persona que respeto bastante dentro del mundo culinario me dijo con un poco de desdén que hacer tartas de fondant y hacer buenas tartas no tenía nada que ver, que eran cosas distintas. Me sentó un poco mal ¿acaso mis tartas no están buenas? Les pongo el mismo amor en la confección que en el modelado ¿por qué no van a estar buenas? Me sentó bastante mal en el momento, pero luego pensé sobre el tema y le dí vueltas al asunto.
«El fondant es una m*****»
«Los cupcakes son el mal»
«La nueva moda esta de las tartas es un co**zo»
¿Estamos seguros de lo que decimos? El fondant y los cupcakes te pueden gustar más o menos, para mi la masa azucarada del fondant resulta muy desagradable de comer, pero en vez de quejarme, la quito como la piel del plátano y me como el resto de la tarta, pero no considero que sea una m*****, ni los cupcakes ni las tartas rosas, azules o con miles de lacitos.
Creo que de un tiempo a aquí nos estamos equivocando a la hora de evaluar y/o expresar las cosas, decimos que algo es una merde cuando en realidad el único hecho objetivo es que no nos gusta. Por ejemplo: A mi no me gusta la casquería, tiene una textura divertida, que aunque he intentado lidiar con ella, no me acaba de gustar ¿Es una mierda? No. Hay gente a la que le gusta, otras a las que le chifla, hay gente que vive de ese tipo de alimentación abriendo restaurantes y gestionando tiendas. Hay una industria detrás que genera empleo y hace feliz a la gente.
Con los cupcakes y las tartas de fondant pasa un poco lo mismo. El grado de saturación con los que ha impactado dentro de nuestra cultura nos ciega un poco. Los árboles no nos dejan ver el bosque. Mucha gente, sobre todo amas de casa se ha lanzado a abrazar esta moda y han encontrado muchas cosas positivas en ella: Un nuevo hobbie algunos, oportunidades de negocio otros (con mayor o menor éxito), una excusa para probar cosas nuevas, disfrutar y conocer a otras personas que también tienen afición por estas cosas…
Es algo que ha aportado muchas cosas positivas a mucha gente y ha ayudado a tantos otros, por eso creo que es de rigor romper una lanza a favor de cualquier cosa que haga a la gente feliz. Excepto el reggeton claro… nah, venga, va … el reggeton también pero no en mi edificio a las 2 de la madrugada un día laborable, pliz.
Hace unas semanas leía alguien que exclamaba… «Dejad de convertir las croquetas en nouvelle cuisine» o algo por el estilo. Se referia a un artículo donde algunos chefs decidían encumbrar a la humilde croqueta realizando versiones de la misma. Otros acusaban de pervertir la esencia de la cocreta. La cuestión en realidad es… Si a alguien le gusta, está dispuesto a pagar por ello y no hace daño a nadie. ¿Quienes somos para juzgar? ¿Quién soy yo para gruñir que una paella lleve pimientos morrones en conserva? ¡o chorizo! Me dolerá, ay, pero si a alguien le gusta así no puedo si no animarle a que siga comiéndola e invitarle un día a comer en casa una paella valenciana (Esto va por vosotros, Jamie Oliver, Lorraine Pascal y Gordon Ramsay)
En resumen, aquella tarde comiendo bocadillos mientras escuchaba aquel comentario sobre las tartas de fondant me vi a misma criticando cosas que no me gustaban y que sí gustan a otras personas desde un punto de vista fuera de mi persona.
Como ya os dije, aunque no me guste el fondant voy a seguir haciendo tartas, porque me encanta el proceso de creación que llevan, disfruto haciéndolas y más aún con las caras que ponen mis amigos y familiares cuando ven la última locura con la que he estado manchandome de arriba a abajo. La felicidad bien vale mucho azúcar.
Por eso cuando un amigo me comentó que le habían detectado intolerancia al gluten y la lactosa me puse manos a la obra para crear una tarta para él, el tiempo invertido es directamente proporcional a la felicidad que puedes llegar a originar.
Surfeé mucho por la red en busca de una receta adecuada, pero tras ver el panorama decidí ir por la vía de la adaptación intentando usar los ingredientes más sencillos posibles: es bastante dificil hacer una crema para cubrir una tarta sin mantequilla o nata y que sea lo bastante sabrosa (la margarina no queda igual 🙁 ). Pero no os preocupéis, que os tengo cubiertos (mah o menoh).
Estos tres ingredientes son los más complicados de esta receta, pero no os preocupéis, con un poco de suerte los podéis encontrar en herbolarios bien surtidos, el resto lo podéis encontrar fácilmente.
- La harina: Ponerme a hacer pruebas de ratios de harina era algo para lo que no tenía tiempo ni dinero, así que decidí ir a lo seguro y comprar una mezcla sin gluten en un herbolario, es de la marca Schär, de la cual me constan buenas referencias por parte de intolerantes al gluten. Cogí la mezcla de Mix Dolci, que es una harina para preparaciones dulces. En base a esta fuí haciendo pruebas y cambiando los ratios y proporciones de la misma y de otros ingredientes. (La receta original estaba muy falta de azúcar para mi gusto!) Es una mezcla interesante porque no lleva Xantana que es algo de lo que abjuran algunos, lleva almidón de maíz, harina de maíz, y como espesante: harina de semillas de algarroba.
- En cuanto a la compota de manzana, que es el otro ingrediente, puedes hacerla tu, o comprarla ya hecha, yo he utilizado ambas opciones y no he hallado mucha diferencia en textura, y en sabor, la compota casera que hice llevaba mucha canela, así que es lo único que aportó. Puedes comprarla ya hecha tanto en herbolarios como en las secciones de alimentación dietética de muchos supermercados. Utilicé esta ya envasada para esta receta pero hay de muchas marcas diferentes.
- Por último: La crema de coco. Necesitarás una lata si quieres hacer una crema sin lactosa para cubrir y rellenar la tarta. Tiene que ser crema de coco y no leche de coco, esto es importante, la crema tiene mas grasa que la leche de coco y lo que queremos hacer es emular la mantequilla, así que cuanto más grasú, mejor. Puedes encontrar crema de coco a buen precio en prácticamente cualquier supermercado asiático. Vigila que solo contenga crema de coco y que no tenga cosas artificiales como espesantes o emulsionantes. Yo utilicé una lata de la marca Kati. Para poder utilizarla necesitarás dejarla un día entero en la nevera SIN agitarla.
¡Alerta! Para hacer la crema de coco necesitarás meter el bote SIN AGITAR, en la nevera el día ANTERIOR. Necesitamos que esté firme para mezclarla y usarla.
Estos son los ingredientes: Los normales posiblemente los tengas en casa, bicarbonato, azúcar, huevos, aceite de girasol, cacao, vainilla y zumo de limón o lima. Los extraños son: el preparado de harina para repostería y la compota de manzana. ¡Comencemos con la aventura!
En un bol grande exprime una cucharada de zumo de limón o de lima, mézclalo bien y déjalo reposar durante cinco minutos.
Transcurrido este tiempo añade el bicarbonato.
Remuévelo bien.
Hará flisssflussshhchhshssss, esto está bien, la base del bicarbonato está reaccionando con el ácido del cítrico que estemos utilizando.
Añadimos el azúcar…
La compota de manzana…
El aceite de girasol…
Los huevos…
Y la pasta o esencia de vainilla (si no tienes puedes omitirla, pero le da muy buen toque)
Removemos bien con una cuchara de madera, removiendo bien.
Añade el cacao, no hagas como yo y tamízalo bien.
Lo mismo con la harina para repostería sin gluten.
Removemos bien hasta que no quede grumos. Pero sin pasarnos, porque si no quedaría mazacote.
Preparamos los moldes, en este caso yo he utilizado unos de 22 cm de diámetro. Con dos basta, si quieres que tenga más de dos pisos utiliza tres o cuatro moldes de diámetro mas pequeño.
Dobla un cuadrado de papel de hornear más grande que el molde por la mitad y luego por la mitad, conviertelo en un triángulo doblándolo diagonalmente de manera que una de las puntas sea el centro de el papel. Como en la imagen.
Ponlo encima del molde del revés, colocando la punta del papel en el centro del molde y utiliza la curva del molde para darle el borde redondo. Despliega el papel y pruébalo dentro del molde.
Si no encaja bien vuélvelo a plegar y recorta un poquito más del borde. Aceita el molde con el aceite de girasol ligeramente y pon los papeles encima.
Rellena cada molde con la mitad de la masa y mételos al horno (que habrás precalentado ojocuidao) y hornéalos durante 25-35 minutos o hasta que al pinchar con una broqueta o la punta del cuchillo y que salga limpia. Déjalos enfriar durante 10 minutos en el molde y luego déjalos enfriar sobre una rejilla de pastelería. Desmoldados, claro.
Para la crema de coco sacamos nuestra lata de la nevera con cuidado de no agitarla. Le damos la vuelta despacito, y la abrimos por la parte de abajo. La parte más cremosa (y más grasa) de la crema se habrá quedado abajo y arriba habrá un líquido más claro que con cuidado verteremos en otro recipiente (lo podemos usar en otras preparaciones)
Volcamos el contenido restante de la lata (debería de quedar al menos 2/3 de la tarta) en un cuenco y con unas varillas de mano o una batidora eléctrica (de mesa o de mano con varilla o pala) batimos la crema de coco con la esencia o pasta de vainilla durante 1 minuto a velocidad media. O a mano hasta que esté incorporada.
Tamizamos encima el azúcar glass.
Y lo mezclamos durante 3-4 minutos a velocidad media hasta que se mezcle bien el azúcar y quede cremoso.
Pasa esta crema a un cuenco limpio y guárdala en la nevera hasta que llegue la hora de servir el pastel. Es muy delicada en cuanto a temperaturas así que mejor tenerla a cubierto hasta el último momento…
Tras muchas búsquedas y pruebas de recetas decidí adaptar esta de Minimalist Baker aunque ahora solo se le parece remotamente.
- Para el pastel:
- 120ml de leche de almendras (u otra leche vegetal)
- 1 cucharada de zumo de lima o limón
- 1 cucharada y media de bicarbonato sódico
- 200 gramos de azúcar
- 250 gramos de puré o compota de manzana
- 2 huevos
- 1 cucharada de pasta o esencia de vainilla
- 60ml de aceite de girasol (u otro aceite de sabor neutro)
- 80 gramos de cacao
- Una pizca de sal fina
- Para la crema de coco:
- Una lata de crema de coco (no leche de coco)
- Una cucharadita de pasta de vainilla
- 150 gramos de azúcar glass
- 175 gramos de harina sin gluten
- El día anterior a hacer la tarta mete la lata de crema de coco en la nevera sin agitar. Déjala ahí sin mover durante toda la noche.
- Comienza precalentando el horno a 180º con calor por arriba y por abajo.
- En un cuenco mezcla la leche con el zumo y mezcla bien, déjalo reposar durante 5 minutos hasta que la mezcla parezca ligeramente cortada.
- Añade el bicarbonato sódico y remueve bien.
- Súmale el azúcar, el puré los huevos, vainilla y el aceite y mézclalo bien.
- Tamiza el cacao y la harina con un colador o un tamiz fino y añádelo a la mezcla líquida. Remueve hasta que la mezcla esté bien mezclada sin grumos grandes pero no la remuevas en exceso.
- Forra dos moldes redondos de aproximadamente 22 cm de diámetro con mantequilla y papel de hornear en el fondo. Rellénalos con la mitad de la mezcla en cada uno.
- Introduce los moldes rellenos en el horno a 180º durante 25-30 minutos o hasta que al pinchar con una brocheta o la punta de un cuchillo este salga limpio. (Si no te caben los dos moldes hornéalos por tandas)
- Sácalos del horno y déjalos enfriar 10 minutos dentro de los moldes.
- Sácalos de los moldes y déjalos enfriar encima de una rejilla de pasteleria.
- Para la crema de coco:
- Saca con cuidado la lata de la nevera sin agitarla, dale la vuelta con mucho cuidado y ábrela con un abrelatas por la parte de abajo. Aparecerá un agua lechosa, vuelca con cuidado este agua en un cuenco y resérvala para otras preparaciones. Con unas varillas o una batidora de mesa mezcla la crema de coco que queda en el bote con el azúcar y la vainilla.
- Puedes añadirle más o menos azúcar en función de tu gusto.
- Guárdala en la nevera en un cuenco cubierta con film transparente hasta su uso.
- Montaje de la tarta:
- Con los dos bizcochos horneados y bien fríos y pon una capa fina crema de coco en uno, cúbrelo con el otro bizcocho y remata con más crema, puedes cubrirla por completo o dejar los bordes al aire.
- Decórala con flores frescas lavadas o la decoración que te apetezca.
A la crema de coco le afecta bastante el calor, así que no recomiendo que la pongáis hasta que no sea el momento de servir el pastel, o el peso de las tartas hará que salga el relleno por los lados.
Lolaplok says
Es una tarta PRECIOSA!!!!
Me llama la atención que no se baten igual los ingredientes, que se baten poco vamos, imagino que será por el gluten.
Por cierto, cuando hagas ESA PAELLA para ESOS INVITADOS yo quiero estar ahi….aunque sea de camarera….
Miss Vinagre says
XD ¿Te imaginas? Sería genial comer con ellos, bueno, sería genial cualquier cosa… xDDD
Sarki says
Niiiiiiña erehhh una artiiiiista!
Aquí un niño burbuja que se apunta la receta a ver que tal le sale.
Goma Xantana kakaaaa!
Yo en lugar del preparado de harina (que lleva almidón de maíz y es el mal) yo uso mezclas de harina de arroz y trigo sarraceno (que tiene una cantidad de proteínas muy alta y hace que la mezcla tenga la consistencia de la harina de trigo…más o menos).
Miss Vinagre says
Oido cocina Sarki! XD intentaré probarla con la mezcla que dices a ver que tal…
Charo Palacios says
Tienes razón, a veces hablamos sin pensar en quienes opinan lo contrario que nosotros, y corremos el riesgo de hacer daño sin necesidad. Que se puede decir lo mismo pero con tacto y sin faltar a nadie 😛 Las fotos de la tarta son preciosísimas, tanto que me dan ganas de probarla y eso que no soy muy fan del coco. Siempre me ha llamado la atención lo complicado que es hacer recetas excluyendo ingredientes que damos por sentado que se pueden comer, así que me parece todo un logro conseguir hacer tartas tan bonitas y seguro que sabrosas eliminandolos. Un saludo 🙂
Miss Vinagre says
La verdad es que es complicado hacer cualquier cosa con ingredientes limitados pero merece mucho el esfuerzo cuando haces feliz a la gente! Un saludo Charo! 🙂
Ignacio says
Pues tus tartas son como las pelis americanas, todas acaban bien. Y por cierto, ahora que sale el tema de las películas, anoche estuvimos viendo en casa Chef y me acordé de ti. Hablan de internés, blogueros, tuíteres y demás social media aparte de comida, qué pinta tenía todo. ¡Ah!, también salía Scarlett Johansson, pero no tuvo nada que ver para que me quedara a verla.
PD
Como verás, este comentario no incluye ningún chiste malo, ni juego de palabras, ni similar. No porque me haya reprimido, sino porque no se me ha ocurrido ninguno. Que todo se andará.
Miss Vinagre says
Pues echo de menos algún chiste malo Rega! ¿Quién lo iba a decir? xDDD
A ver si me paso por allí a saludar y llevar tartitas!
Aliseé says
Antes que nada, me encanta tu blog y el hecho de que «no te cases ni con tu madre». Yo soy de las que opina que el fondant es el Mal.Así tal cual, y que las llamadas tartas clásicas (que no me van mucho, la verdad) requieren unos conocimientos en cocina que no se da en el caso de las cuquitartas, basta con saber jugar con plastilina. ¿Y los buttercreams? Mi nivel de ceporrismo y glotonería es alto, y más en el caso del dulce, pero puedo asegurarte que es comer una cucharada de buttercream y sentirme cercana al infarto.
Además, y aquí me pongo (más) talibana, los americanos saben vendernos lo que quieran, y comparar una Saint-Honoré o una Ópera con un bizcocho empapuzado en mantequilla y cubierto de plastilina, No way.
Con todo, estoy de acuerdo contigo en que hay que saber hacerlo; en que es tan fácil como quitar el fondant y comerse uno tan feliz el resto, y que decir de fliparlo cuando aparece la tarta. Porque eso si, molan cantidad. Con todo, yo me quedo con la tarta que traes en esta entrada, que pintaza 😉
Y una cosa que te quería decir, me parece muy guay, pero que mucho, que mezcles un sano pollo asado con leche con una tarta de fondant o con otra tope agorrinante. Hice tu poutine y eso debe ser pecao de los gordos, ofú la lechuga de la cena el día después mereció la pena.
Miss Vinagre says
Correcto todo Aliseé! Me alegra un montón que te gustara el poutine! Espero hacer pronto mas variaciones del mismo para el disfrute y gorrinismo de todos! ;D