Hay gente que tiene sueños raros, y luego estoy yo… que sueño cosas rocambolescas que harían levantar las cejas de asombro a cualquier guionista de Cuentos Asombrosos, Expediente X o Plutón Brbnero.
De pequeña tenia pesadillas recurrentes con lobos que asocio al pánico que tenía por aquel entonces a los perros, pero en los últimos años mi cerebro recopila información y luego la centrifuga mientras duermo dando lugar a episodios épicos.
– Bombas nucleares explotando en el barrio y aviones cayendo del cielo como piedras, esto fué tan verosímil que nada mas despertarme medio zombie me puse a ver que decían las noticias online.
– Hordas de zombies invaden el planeta y yo intento salvarme trepando por una especie de Orthanc tambaleante hecha de piezas de lego y decorada con largas cortinas blancas estilo Casa y Jardín.
– Comprar cabezas humanas para hacer caldo en una carnicería normal, y luego intentar deshacerme de ellas sin que me descubra la policía en pleno centro de Madrid. (Este sueño fué un agobio, tanto durante como al despertar)
– Velocirraptores entran en casa y se me quedan mirando expectantes a los pies de la cama mientras duermo.
– Me hurgo la oreja y en vez de cera extraigo una larga piel de limón caramelizada (Menudo alivio me daba en el sueño)
De todos estos sueños puedo extraer un hecho concluyente, veo demasiadas series gore ( Bones, Mentes Criminales, Castle, Pesadilla en la Cocina…)
Doy gracias por no ver The Walking Dead, porque si ya tengo las pesadillas que tengo sólo con leer literatura zombie no quiero ni imaginar que sueños tendría con el incentivo visual de la serie.
Por todas estas razones me da mucha envidia la gente que dice que sueña cosas normales, como que van a comer con tal, o que viaja a tal país, que vuela, o que tiene superpoderes… tanta, tanta envidia que… yo que sé… pagaría por ello, aunque fuera en especie con este guiso de carne (Maravillaos – ¡OH! – de que bien he hilado la historieta inicial con la receta xD)
(Sí, ya se que está muy forzado, pero joder, disimulad, xD no siempre puedo escribir una prosa concisa y brillante, coño)
Esta receta está inspirada en otra de Jamie Oliver, mi cocinero llorón favorito. La ví las navidades pasadas en Valencia, en la nueva serie que ha hecho sobre la comida de Gran Bretaña, en esta ocasión y con motivo del enlace Real de Cata y Guille hacía un pastel de carne y cebada para el cual yo he prescindido de algunos tiempos e ingredientes, como la corteza de masa. El resultado es igualmente bueno, y en mi opinión creo que menos trabajoso.
Utilizo cebada perlada, que podeis encontrar en cualquier herbolario o establecimiento de comida «macrobiótica» bien surtido. Si no encuentras, puedes prescindir de ella, o sustituirla con arroz, con lo cual el tiempo de cocción se reduce a 20 minutos.
En cuanto a la carne, utilizar una carne de calidad marca bastante la diferencia, yo las veces que lo he hecho ha sido con ternera certificada de la sierra de Guadarrama y caray, se nota. También hay escuela en cuanto si hay que dorarla o no para sellarla, en el primer caso la carne queda mas jugosa, pero en el segundo, la salsa queda mas rica, y una prolongada cocción ablanda la carne.
Relativo a la cerveza, yo utilicé una Franziskaner rubia, pero sentíos libres de cambiarla por una Guinness, Chimmay o lo que prefirais. También puedes sustituirla por vino blanco o incluso tinto, pero haceos un favor y que no sea Don Simón.
En la foto serví el guiso en una hogaza de pan vaciada, para esta forma de presentación lo mejor es que reduzcas bastante el agua del guiso para que el pan aguante y no se empape convirtiéndose en un pegote . Busca piezas pequeñas para servicios individuales, o una hogaza bien grande para que coman todos de la misma. Consejo, pon un plato debajo por las posibles fugas. En la foto utilizo una hogaza de pan de aceite.
La salsa Worcestershire o Lea Perrins la teneis en Mercadona y otros supermercados, como la mostaza de Dijon.
Guiso de ternera y cebada con cerveza y cheddar
Para 4 raciones
Ingredientes
1 cebolla
3 dientes de ajo
2 zanahorias
500 gramos de ternera para guisar
5 cucharadas de aceite de oliva
3 cucharadas de mantequilla
2 cucharadas de harina
2 cucharadas de tomate triturado
1/2 cucharadita de romero seco o fresco
1/2 cucharadita de tomillo seco o fresco
2 hojas de laurel
200ml de cerveza Franziskaner rubia
1 litro de caldo (casero o de brick)
80 gramos de cebada perlada
70 gramos de queso cheddar rallado
2 cucharadas de mostaza de Dijon
2 cucharadas de salsa Worcestershire
Sal
Pica la cebolla a trocitos pequeños junto con el ajo. Pela las zanahorias y cortalas en rodajas de un centímetro de grosor.
Pon a calentar en una olla con capacidad para dos litros el aceite y la mantequilla a fuego medio-bajo. Cuando esté empezando a burbujear echa la cebolla picada, dejala cocinarse a fuego lento hasta que empiece a ponerse transparente, añade el ajo y remueve, añade la zanahoria y déjalo cocinar durante 5 minutos.
Agrega la carne y déjala cocinar, puedes optar por dorarla o sencillamente cocerla, para dorarla sube el fuego y remueve con cuidado de que no se queme la verdura, para cocerla mantenla a fuego suave hasta que pierda el color rojizo.
Una vez esté completamente dorada o completamente cocida la carne añade las dos cucharadas de tomate y remueve para mezclarlo bien, incorpora la cerveza con cuidado, porque puede burbujear demasiado.
Bébete lo que quedará de la cerveza en el botellín (aproximadamente la mitad) abre más botellines para tí y para tus acompañantes.
Recuerda que tienes la olla al fuego y continúa con la receta, con lo cual es ahora donde añades dos cucharadas de harina y remueves la mezcla. Añade el caldo con el romero, tomillo y laurel. Tapa la olla y déjalo cocer unos 40 minutos a fuego muy bajo.
Nota: Si el caldo está correcto de sal no tendrás que añadir al final.
Sigue con las cervezas y tus amigos. Recuerda poner un temporizador para no quedarte en babia mientras estás de francachela.
Pasados cuarenta minutos añade la cebada, y déjala cocer tapada durante unos 50 minutos, vigila cada 10 minutos removiendo para que no se reduzca el líquido hasta el punto de que se queme, la cebada espesa bastante, así que si ves que no le queda líquido y aún está dura añade medio vaso de agua o lo que veas necesario. La cebada deberá de estar tierna al morderla y translúcida, no blanquecina.
Cuando esté lista añade la salsa worcester, la mostaza y el queso y remueve bien hasta que quede completamente incorporado. Esto es mas fácil cuando el queso está finamente rallado. Prueba el punto de sal, añade un poco si crees que la necesita. Sírvela caliente en boles hechos de pan o en platos de toda la vida.
Acaba con las cervezas si es que ha quedado alguna a estas alturas.
La siesta no es una opción, obligatoria.
Congela bien si es que queda algo.
IbrahimGm says
Me está sonando la tripa sólo de leerlo :)P
marisineslahora says
Tiene una pinta genial, no puedo comerme el pan ni la cebada ni sustituirlo por arroz pero me tomaria la cerveza je je je haria una excepcion
Kaik says
Lo de servirlo en pan me recuerda a una sopa que me comí en Praga. Esta receta te la robo fijo.
Bardo says
Esta receta la voy a hacer seguro. Pero me da penica ese pan que se queda ahí. Voy a tener que buscarle algo calentico donde untarlo
Miss Vinagre says
Yo de normal en vez de pan utilizo un plato o cuenco xD Just my two cents!