Si hay alguien en este mundo que sepa cocinar, son las abuelas, y en España este colectivo es capaz de realizar auténticas maravillas con los ingredientes mas humildes que puedas encontrar en el mercado. Los mustios tomates que en la vida te plantearías comprar, o las alcachofas negras del frio, cualquier cosa que pongas en sus manos, la convierten en un plato por los que uno va a la guerra (como dice Pratchett).
Aún así, te enfrentas a un duro problema cuando tienes a tu abuela lejos y no puedes disfrutar de uno de sus platos y te dices a ti misma que vas a animarte a hacerlo. Entonces coges el teléfono y sucede una conversación que siempre ha sido y siempre será así hasta el fin de los tiempos en todos y cada uno de los universos existentes.
«– Coges y le echas tomate
– Pero iaia, ¿Cuánto le echo?
– Pues lo que necesite, yo que sé, eso lo ves.
– ¿Y harina?
– Pues la que admita.
– Pero ¿Cuántos garbanzos echo por persona?
– Un puñadito.
– ¿Un puñadito? Pero de que tamaño el puño, ¿Del increíble Hulk? ¿Un puño abierto? ¿Un puño a la catalana?
– ¡Pues un puñadito!«
Y esto sucede en todas y cada una de las casas españolas, y supongo que también del mundo, como una especie de código secreto que solo ellas conocen, porque las abuelas hacen magia, son capaces de calcular a ojo sin ningún temblor de mano todos los ingredientes, los tiempos de cocción necesarios y nunca encontrarás un ápice de diferencia en la receta tanto si la pruebas un dia como si la pruebas otro y a cantidades industriales como para alimentar a un ejército, mientras dejan la casa como los chorros del oro, y entre medias te dan un capón merecido por haber hecho alguna gilipuertez.
Personalmente creo que a las nuevas generaciones nos vendría genial un diccionario traductor abuela-muggle/muggle-abuela para poder descifrar esas fórmulas magistrales que son algunos platos. Si alguien se lanza a explicar que significa «harina, la que admita», «hasta que haga chup chup», «Estará cuando esté», «Lo sabrás cuando toque», «Cantidad suficiente para todos» se convertirá en el creador de la piedra filosofal de la cocina española, pero la de verdad, no la de las estrellas michelín.
Que sirva pues este post de sincero homenaje a todas esas abuelas que ejercen de cocineras, niñeras, limpiadoras, trabajadoras incansables dentro y fuera de casa, antes, ahora y los dias que viene, de noche y de día, que cuidan de sus hijos, nietos y familiares sin pedir nada a cambio, que vivieron tiempos durísimos y eso las convirtió en mujeres de una pasta a las que lamentablemente no podremos alcanzar en toda la dignidad que tienen y se merecen.
Quiero también hacer un homenaje a mi abuela, la iaia Mercedes. No siempre he sido todo lo buena nieta que ha merecido, hay que reconocerlo, porque las dos tenemos el genio cagao, como se dice en Valencia, y como en todas las familias habremos discutido lo que toca, pero es una persona ejemplar y creo que merece que le dedique estas palabras, sobre todo estos dias que las necesita.
La iaia Mercedes aparte de conservarse muy bien, es pelirroja natural con ojos azules, ¡y no le perdono el no haberme pasado los genes! ¡con lo bien que me quedaría a mí ese look!. Nació dentro de una familia de todo chicas y no se dedicó al cine porque no se cruzó en el camino de algún productor, por que me rio yo de la Sara Montiel o de Carmen Sevilla.
Vivió tiempos muy duros en la postguerra y supo lo que era pasar hambre, como tantos millones de personas en España, pero ella salió adelante a base de mucho trabajo, porque si algo la ha caracterizado siempre es que curra como si no hubiera un mañana y no puede estar quieta. Tuvo una lechería con vacas en el barrio de la Malvarrosa, en Valencia, donde ha vivido prácticamente toda su vida. Se casó, tuvo hijos y siguió trabajando, trabajando…
Sus habilidades no se limitan solo a la cocina, como el resto de las abuelas, la iaia Mercedes me tejía unos jerseys de punto cuando era yo pequeñita, ¡que vamos!, de lujo que te crujo, pero no jerseys corrientes y molientes, no, jerseys modernos que eran la sensación en el colegio, con corbatas tejidas o de angora super suave. Ni siquiera ahora he visto jerseys así. Y todo esto currando de sol a sol, incluso cuando mi abuelo estuvo ya muy enfermo, ella no dejó de trabajar, de cuidarlo y de limpiar la casa, no he conocido yo la casa de mi abuela sin que esté limpia como una patena, se pueden comer sopas en el suelo.
También me ha enseñado que da igual la edad que tengas, puedes conseguir hacer cosas geniales y seguir sorprendiendo a todo el mundo. Tras jubilarse encontró tiempo para irse de viaje a China, Holanda, Italia… y apañándose mucho mejor de lo que haríamos algunos, y eso sin tener ni papa de inglés. También volvió a ser feliz y ha vivido unos años estupendos con el que fue su segunda pareja, demostrando a todo el mundo que siempre pueden suceder cosas buenas no importa a que edad. Lamentablemente, él, como se dice en Valencia, ha faltado hace poco, pero todos nos quedaremos con la mejor parte de todo lo que vivieron que es la felicidad y el amor. Lo bueno es que ella es una superviviente, y saldrá adelante, porque nada ni nadie puede ni podrá con ella. He de darle las gracias a él por haberla cuidado y querido todo este tiempo, es lo mejor que puede desear una persona para los que quiere. Ahora descansa tranquilo.
Por eso tengo el honor de presentaros uno de mis platos favoritos de la iaia Mercedes, un arroz con acelgas, tan sencillo, sin nada de carne, pero tan bueno que no notareis la diferencia.
Los ingredientes son un poco a ojo, y pueden variar. Ya sabeis como son las recetas de las abuelas XD!
Arroz con Acelgas Mercedes’ Style
Ingredientes
Para 4 personas
Un manojo de acelgas bien frescas. (unos 500-600 gramos aproximadamente)
1 cebolla
1 diente de ajo
1 Tomate maduro (yo procuro utilizar de pera) o 5 cucharadas de puré de tomate de bote
Alubias blancas cocidas (unos 200 gramos, pero puedes variar la cantidad a tu gusto)
250 gramos de arroz redondo
Azafrán en hebra
Aceite de Oliva Virgen Extra
Agua
Sal
Empieza preparando las acelgas, lávalas bajo el grifo, separa las pencas de las hojas, en la foto uso acelgas de colores, la penca es el tallo, rojo en este caso, corta las hojas en trozos de un dedo de ancho.
Corta las pencas en trocitos pequeños, a mas pequeños menos tardará en cocinarse.
Pica la cebolla en daditos pequeñitos, y ponla en una olla mediana a fuego lento con suficiente aceite como para cubrir el fondo de la misma. Deja que se cocine a fuego lento sin que llegue a dorarse, queremos que se quede transparente. Mientras tanto pica muy finito el diente de ajo y agrégalo a la cebolla, déjalo cocer a fuego lento durante unos segundos sin que llegue a dorarse.
Prepara el tomate, rállalo con un rallador, puedes hacerlo partiéndolo por la mitad y restregándolo sobre el rallador como lo restregarias sobre un trozo de pan para hacer pan tumaca, pero hazlo encima de un pequeño cuenco, de esta manera puedes rallar el tomate hasta llegar a la piel sin desperdiciar la pulpa, ve con cuidado no te ralles los dedos. Si te parece muy complicado, puedes pelar el tomate y darle un poco con una minipimer para hacer un puré basto. Descarta del puré cualquier trozo leñoso o duro.
Agrega el tomate (ya sea el puré recién hecho o de bote) a la cebolla, sube un pelín el fuego y remueve bien con una cuchara de madera. Ahora puedes añadir las acelgas a la mezcla y remover bien. Deja que se cuezan un poco y agrega el agua, aproximadamente un litro y medio. Agrega también el azafrán. Deja el fuego en una temperatura media-baja y tápalo dejándolo cocer entre 40 minutos y una hora.
Transcurrido el tiempo añade una pizca de sal al caldo y pruébalo, añade mas sal si es necesario. Añade el arroz, deja que cueza 10 minutos y añade las alubias y déjalo cocer hasta que esté al punto a fuego lento. Si ves que le falta líquido añade un poquito de agua caliente. Suele tardar entre 15-20 minutos. Tiene que estar blando pero no deshacerse en pasta. Aplasta unas cuantas alubias contra la olla con la ayuda de una cuchara de madera para espesar un poco el caldo. Pruébalo de sal y sírvelo si está a tu gusto.
Notas Interesantes
- Si tienes tiempo, pela las alubias, consigues una textura muchísimo mas fina. O en su defecto encuentra invitados y explótalos, no te olvides luego llevarte el mérito xD
- Puedes hacer el caldo hasta el punto antes de echar el arroz y congelarlo para utilizarlo a posteriori. Te puede solucionar un par de cenas entre semana.
- Utiliza los mejores ingredientes, son tan pocos que no merece la pena regatear. Si utilizas tomate de bote, pilla una marca buena de conservas.
- Las acelgas de colores quedan fetén, si encuentras úsalas, son taaan monas.
- En mi casa existe la costumbre de tostar el azafrán dejándolo unos segundos sobre la tapa de metal caliente que cubre la olla del guiso. Hazlo o no lo hagas, pero no lo intentes.
selestar says
Oooh! qué buena pinta! mañana mismo la hago, gracias 🙂
Miss Vinagre says
Ya me cuentas que tal te sale!
Marisineslahora says
Gracias de parte de Mercedes, se ha emocionado mucho cuando se lo han leído.
Te queremos, ya lo sabes besets mil.
Miss Vinagre says
:*
Lothi says
Qué boniiiiico. Me encanta el arròs amb bledes. Suuuuper rico y suuuuper barato, porque son cosas que tienes en casa o, si tienes que comprarlas ex profeso, puedes usarlas para otras cosas. Me encanta ese momento abuela «thrifty» o, castizamente, «apañá», que te hace unas croquetas con los restos de tal, una tortilla y un pisto con dos calabacines y unos tomates, o un guiso que te matas con las partes más feas de toda la carnicería… Fascinante.
Las judías blancas, si cueces de más o compras un bote grande, por ejemplo, puedes hacerte una ensalada para el tupper del trabajo, un hummus distinto, o algún plato rollo griego.
Y las acelgas, tan feúchas y odiadas por los niños, qué ricas las pencas rellenas y fritas, qué ricas las acelgas en adobillo (otro plato barato, barato, barato, barato: se sofríen las acelgas con ajo machacado, miga de pan mojada en vinagre y pimentón verato dulce), o como base de un puré de verduras megavitaminado y tal.
Ains, que me emociono con los momentos iaia.
Miss Vinagre says
La vida es así, no podríamos hacer nada ni ser lo que somos si no fuera por nuestros mayores.
Lo del hummus con alubias es algo que tengo en lista (a ver si encuentro hueco) porque dicen que queda muy suave.
En cuanto a las acelgas rellenas, en la caja de las verduras solo me suelen llegar de tallo fino, con lo cual rellenarlas se convertiría en un trabajo de relojería! xD pero sí que ricas pintan, también tomo nota del adobillo.
De momento creo que me voy a marcar para comer una minitortilla de patata con acelgas 🙂
Raisah says
Jo, me he emocionado hasta yo :___D Qué potito!!
Y el arroz tiene una pinta de morirse!! A ver si engaño en casa y me dejan hacerlo 😀
Miss Vinagre says
Cheesus, xD la intención era animarla no que lloriqueaseis todos! Voy a empezar a plantearme escribir guiones para dramas.
Miss needles says
Lo que me recuerda esta receta a la «olleta alicantina» solo que ademas lleva lentejas. Como se diria por allí «che que bo».
Me ha emocionado mucho me he acordado mucho de mi iaia que nos falta ya 10 años y era de lo mejor. Y li mismo, siempre me decia que no hiciese caso al 100% de las recetas «lo que admita» jejejeje si me suena. De hecho yo tengo ese feo vicio de no seguir nunca una receta ni en cantidades y a veces cambiando alguna cosa. Livertadddd creativaaa. Y es asi como me sale mejor la verdad.
El ultimo post que publique tambien mencione a mis iaios. Son los mas.
Por cierto te pareces a tu iaia teneis ademas una mirada muy parecida. Y no te ofendas pero ella es un poco mas guapa jajajaja.
Miss Vinagre says
Eh… ¿Gracias? xD
Miss needles says
De hecho pasate por el blog que hay foto de mus iaios y eran muy guapos tambien….no se ande cohones sali yo que soy todo lo contrario jajaja
Kaik says
Tiene pintaza, pero no soporto las acelgas. ¿Pueden cambiarse por espinacas?
Miss Vinagre says
Helou Mr Kaik!
Por tu cuenta y riesgo… xD Creo que cambiaría bastante el sabor, pero todo es probarlo, utiliza, eso sí, espinacas buenas, no cosas de bolsa que no saben a nada. xD
selestar says
Está la olla en el fuego. Le he puesto unas espicanas en vez de acelgas, le he puesto también una patata y unos guisantes frescos, todo biológico; tampoco le he puesto alubias sino judiones, que justo tenía en remojo desde ayer; dentro de veinte minutos le agrego el arroz, que en vez de blanco le pondré integral; en definitiva, que estoy haciendo lo que me sale del chichi, pero siguiendo tu orden y tus maneras 😀 me encanta como explicas y como cocinas, ya luego te cuento. Muchas gracias!
Miss Vinagre says
¿Qué tal salieron? Yo no me animo a hacerlo con espinacas porque tienen un sabor muy distinto a las acelgas, la verdad…
selestar says
pues, EL MEJOR GUISO de mi vida, oye. No te contesté antes porque no tildé no-sé-qué pa’ que me avise de la respuesta. Creo que quedó muy bien por el orden de la cocción cebolla-ajo-tomate rallado, luego la espinaca en mi caso y el agua; ha salido un caldo maravilloso de allí. Gracias, gracias, gracias por enseñarme a cocinar 🙂
Miss Vinagre says
Jajaja, pues me alegro mogollón! Me hace ilusión que aprendas algo, a veces me da la sensación de que ni perry hace las recetas, así que me anima! 🙂
¡Gracias!
Lolaplok says
Oysssssss Miss Vinagre….o mejor Diana, porque en este post veo yo mucha Dianorra.
Muuuuy bonito, muuuuy tierno y muuuuy rico.
Yo soy testiga directa de todo lo que cuentas y lo cuentas muy bien.
Te ha faltado decir que el vestido de la foto se lo cosió ella con sus hermanas creo recordar….. Que tus dotes costureriles también son herencia ¿eh? aunque la tia Amparín y tu mother también son buenas con la aguja.
Siempre a tus órdenes Miss Diana.
Miss Vinagre says
XD ¿Cuánto de Diana hay en Miss Vinagre y cuánto de Miss Vinagre en Diana? Go figure…
Pues no sabia lo del vestido, pero es perfectamente plausible.
No órdenes para mi please xD que no me gusta darlas. xDDD
Mar says
¡Genial! hace años, muuuuuchos años que perdía a mi abuela y…también a mi madre, con tu post me has hecho traerlas de nuevo a mi cocina ¡Gracias!
Seguiré buscando aquellas recetitas origianles que nadie escribió y me sumaré a tu homenaje.
Miss Vinagre says
Es de rigor, creo yo, porque no se pueden perder en el olvido. Y en el fondo son la esencia de como somos, no solo como personas sino como país culinariamente hablando! 🙂
Inmamupi says
Lo he leído, he llorado y me ha entrado hambre.
Es uno de mis platos preferidos, y con caracoles ya me muero!
La semana que viene busco tiempo y comeremos ARROS EN BLEDES!!!!!!
Miss Vinagre says
Ché dona! XD no me lloreis, que era algo para animar a la iaia!
Yo no soy muy amiga de los caracoles, pero puede valer, xD les dan a las paellas mas sabor a monte ¿por qué no a esto? xD tomo nota
Marta Tarta says
Voy a hacer una versión de esto hoy. Me han regalado acelgas de colores recién recogidas del huerto 🙂 Ya te contaré que tal mi versión (porque soy incapaz de seguir una receta al pie de la letra, no puedo, es inevitable que varíe algo)
Miss Vinagre says
Martaaaa! que me he quedado con la intriga de saber como acabó tu versión!! Cuéntame como te ha ido!
killa says
Hola MissVi,
Un colega de rente m recomendó este blog y ha sido EL DESCUBRIMIENTO de la temporada!!!! me parto con tus historietas y el otro dia me anime con esta receta y….Un exito el arroz con acelgas de la iaia Mercedes!!!buuuf…bestial!!ya tienes aquí una fan!!yo k soy lo peor haciendo arroz…me quedó cojonutti!!la pena k no puedo subir la photo-finish!!:(
muchas gracias x compartir y explicar así de bien las recetas!!!
Lo proximo que voy a intentar va a ser el guiso húngaro ese…tiene piiinta!!ya te contaré. .jur jur jur!!!:)
Aiooo!!^^
Killa
Miss Vinagre says
Killa! XD
Cualquiera de Rente ya tenía puntos para algún bonus comestible de MissVi, pero ahora más (voy a tener que subir cargada a la próxima!!) Me encanta que te haya gustado el arroz!:)
Si haces el guiso húngaro te animaria a que tb hicieras los nokedlis! Además, si tienes alguna duda solo tienes que decírmelo!
Un abrazo y muchas gracias por pasarte!!!