Espera mi llegada con la primera luz del quinto día, al alba mira al este.
Sería un retorno épico por mi parte, aunque ya me he pasado de esos admisibles cinco dias. xD
Os pediría perdón, pero eso sería faltarme a mi misma y a mis nesesidades básicas. Hablando en plata: No me salía escribir.
Han sido unos meses raros, pero a veces hay que perderse para encontrarse. Mi estancia en EvilCorp BigCorp, una de las mayores consultoras del país, resultó igual que la ciudad para Paco Martinez Soria, no es para mi, al menos la versión española (la versión europea es muy guay, #ojocuidao). Afortunadamente conocí a gente muy maja que hizo más llevadera mi rutina allí (nombrarlos me daría para un post entero, que vendrá, ellos ya saben quienes son y ¡os echo de menos!) y ademas tuve la suerte de cruzarme con varios clientes realmente inspiradores y que me han motivado a estar en la posición que estoy ahora (Barcelona Activa, os miro a vosotros! GRACIAS). Ahora estoy en un lugar mejor que encaja más con mi idea de un trabajo, y soy feliz, condición sine quanon para escribir en mi caso.
Ya me gustaría ser un escritor atormentado al estilo Rimbaud y Verlaine, o borracho desarraigado al estilo Bukowsky, pero neito vivir y vivir bien para poder tener cosas que contar. Si a esto le sumas varias intentonas de recetas que han acabado en fracaso y una incapacidad de crearme una rutina fotográfica te encuentras conmigo en el centro de un vortice que gira alrededor de algo inalcanzable como conseguir unos morros como los de Angelina Jolie o una casa tan limpia como la de Martha Stewart pero sin el dinero para pagar a las Kellis: La perfección.
Todo esto me ha sumido en un bloqueo en el que ni siquiera podía empezar a hacer algo, si no podía hacerlo perfecto no merecía la pena esforzarse. Con lo cual no acababa nada, pero porque ni siquiera me atrevía a empezarlo. Al final decidí adherirme al concepto de «Finished, not perfect»– Acabado, no perfecto. Porque lo que realmente se acerca a la perfección es repetir las cosas o hacerlas suficientes veces para poder lograr mejorar una vez tras otra. Haz las cosas y termínalas, el tiempo y la repetición te acercará a lo que aspiras. En cambio, no ayudará quedarse en la cama viendo posts ajenos de recetas que consideras mucho mejores que tu. Mueve el culo, YA, ahora. Tienes derecho a fallar y hacerlo mal, pero primero tienes que hacerlo.
Pero ahora, no el lunes, no mañana, los cambios se hacen en el YA.
En realidad no sé con que frecuencia voy a escribir, pero sí que lo haré cuando quiera, asumiendo que no siempre lograré fotos perfectas, o posts tremendos o que no voy a lograr tener la misma sensación de logro que al principio cuando lograba fotografiar un post entero en una casa de 20 metros cuadrados sobre mi cama encima de una caja con la luz menguando por momentos. Que tiempos aquellos. Pero estos son nuevos tiempos, que serán diferentes, pero también buenos.
Me he puesto de profunda como la fosa de las Marianas, no me lo tengáis en cuenta.
¿Qué podemos esperar de Miss Vi ahora? Pues ni se sabe! xD Tengo varios proyectos paralelos a este que también molan un montón así que hasta que no me regaléis un giratiempo no podré aseguraros nada, pero si que quiero volver por estos lares y hacerlo con ganas. Ya os contaré de los otros proyectillos, cotillas mios :^*
«Pero oye, y de la receta?¿No nos cuentas ná?» Razón tiene usté. Hoy os traigo la receta con la que engañé a un carnivoro haciendole pensar que esta soja texturizada era carne picada. El menjunje de la soja texturizada lo descubrí hace unos años en Suecia, donde me fui un mes a construir cabañas finlandesas en medio de la nada para un rol en vivo. Muy épico todo. Y aunque no he logrado encontrar una soja como aquella, que verdaderamente daba el pego cuando la remojabas y la guisabas bien, he descubierto que aderezando bien la comercial que puedes encontrar aquí en España le puedes quitar algo del sabor a serrín.
La receta es altamente veganizable sustituyendo la nata líquida por una nata vegetal o crema de coco. Es una receta diferente para aquellos que quieran probar otra manera de comer pasta o reducir el consumo de carne engañando un poco a tu paladar. YAY!
¿Qué necesitaremos? Unos 150 gramos de soja texturizada, tomates enteros en lata o bote (unos 600gramos) , una cebolla verde o seca, 50 gramos de setas secas, 500 gramos de pasta, un pimiento pequeño o dos pimientos mini, una berenjena asíatica o una normal pequeña, un poco de harissa o tu picante favorito y un vaso de nata liquida o vegetal de tu elección
Empezamos remojando la soja con agua caliente, eso hace que se hinche y le quita un poco el sabor a serrín.
Pica la cebolla en daditos pequeños, empieza cortándola en dos mitades para apoyar la parte plana contra la tabla y que no se te resbale.
Pica ambas mitades, no es necesario que sean daditos perfectos, siéntete libre de hacerlo como quieras, mientras sea uniforme estará bien
Mientras tanto pon agua a hervir, suficiente para cocer la pasta, y en una sartén o cacerola baja pon 2-3 cucharadas de aceite de oliva para cubrir el fondo y pon a calentar la sartén a fuego bajo.
Mientras tanto, corta en rodajas o dados la berenjena, en este caso como era fina en rodajas está bien, y aunque no salga en la foto corta los pimientos en tiras finas (se me pasó! Ouh yeah)
Vuelca el contenido del bote de tomate en un plato y no descartes el agua en el que están conservados.
Estrujalos con fuerza para picarlos en trozos finos sin necesidad de usar un cuchillo.
Retira cualquier trozo duro de tallos o pieles demasiado evidentes.
En la cacerola caliente añade la cebolla y remueve bien para que quede dorada.
Cuando empiece a ponerse translucida añade la berenjena y el pimiento cortado en tiras
Mientras se cocina la verdura dispon de las setas sobre una tabla de corte.
Y pícalas con ayuda de un cuchillo en trocitos pequeñitos.
Remueve bien las verduras en la cacerola.
Si van apareciendo zonas marrones en la cacerola…genial, eso le da mas sabor.
Escurre la soja texturizada en un colador encima del fregadero. Y no sobre el suelo. No porque me haya pasado a mi… para nada.
Dale una lavada bajo el grifo, con esto intentamos ir un paso más allá en el intento de quitarle el sabor a serrín. Déjala escurrir unos minutos.
Añade la soja texturizada a la cacerola con las verduras y remueve.
Añade también las setas picadas a la mezcla. Así secas, no problemo en remojarlas…
Añadimos un poco de orégano, como una cucharada sopera del mismo.
Y una cucharadita de postre de Harissa, como comienzo, luego puedes ir subiendo la intensidad del picante añadiendo más. Puedes prescindir de ella, pero le da un poco más de profundidad de sabor.
Saltéalo todo hasta que se empiece a dorar la soja como se doraría la carne picada.
Salpiméntalo a tu gusto.
Añade el tomate estrujado y remueve bien.
Tápalo y déjalo cocer durante al menos diez minutos.
Destápalo y déjalo borbotear durante otros diez minutos para que reduzca un poco la salsa.
Pruébalo de sal y añade un poco más de picante si es necesario.
Añade un vaso de nata líquida normal o vegetal, o crema de leche de coco.
Déjalo borbotear al menos un minuto, apaga el fuego, pruébalo de sal y añade más si es necesario, déjalo reposar. Pon la pasta a cocer el tiempo establecido en el paquete. Una vez cocida escúrrela y mézclala con la salsa.
Sirve la pasta con albahaca fresca y pimienta negra recién molida. ÑAM!
- 150 gramos de soja texturizada
- Una cebolla verde/tierna o seca
- 1 pimiento pequeño o dos minis rojo o amarillo
- 1 berenjena asiática fina o una clásica pequeña
- 50 gramos de setas secas
- Orégano
- Harissa o salsa picante
- 600 gramos de tomates enteros en lata o bote
- 200ml de nata líquida o nata vegetal
- 500 gramos de pasta seca
- Aceite de oliva, sal, pimienta negra
- Albahaca para decorar
- Pon agua a hervir en una cacerola grande con suficiente espacio para cocer la pasta.
- En un bol pon la soja a remojo con agua caliente hasta cubrirla. Déjala reposar.
- Pica la cebolla en daditos pequeños. Corta los pimientos en tiras finas. Si la berenjena es asiática córtala en rodajas, si es de las normales en daditos pequeños (1-1.5 cm).
- Pon una sartén o una cacerola baja grande de fondo pesado a fuego bajo con 3-4 cucharadas de aceite.
- Pica las setas secas en trocitos. Vuelca los tomates con su jugo en un plato hondo o un bol y estrujalos con las manos, reservalos.
- Añade la cebolla picada la cazuela y déjala cocinar hasta que empiece a ponerse translucida, añade la berenjena y los pimientos. Remuévelo y déjalo cocinar durante 5 minutos.
- Escurre la soja en un colador y refréscala con agua fría. Déjala escurrir durante un par de minutos.
- Añade la soja a la cazuela junto con las setas y déjalas cocinar durante al menos 5 minutos hasta que la soja empiece a dorarse.
- Salpimenta la mezcla en la cacerola y pruébala. Añade l
- Añade una cucharada sopera de orégano y una cucharadita de postre de harissa, remueve bien para que se mezclen.
- Añade el tomate espachurrado y déjalo cocer con la tapa puesta durante al menos diez minutos a fuego bajo.
- Una vez transcurrido el tiempo retira la tapa y déjalo cocer durante otros diez minutos para que reduzca la salsa.
- Es el momento de añadir la nata, remueve bien y déjala cocer durante un minuto.
- Apaga el fuego y déjalo reposar.
- Mientras tanto añade al agua que ya estará hirviendo la pasta y déjalo cocer el tiempo que indique el paquete o hasta que la pasta esté al dente.
- Cuela la pasta para eliminar el agua y añádele la salsa removiendo bien.
- Sirvelo con hojas de albahaca fresca.
Carol Elwing says
¡¡Jo niña qué pintada tiene esto!! Me vuelvo a tu casa pero ya. ¡Ñam!
Lola says
Me alegro infinito de tu vuelta. Oye da el pego total de carne!! Y en Valencia donde venden eso??